La Música Tropical: Patrimonio cultural intangible de la humanidad


La Música Tropical: Nuestro Patrimonio Músico-Cultural

jueves, 25 de marzo de 2021

Fiesta en corraleja - Alfredo Gutiérrez y Los Caporales del Magdalena canta Rubén Darío Salcedo

Rubén Darío Salcedo Ruiz
 
Nació el 6 de mayo de 1946 en Ocaña (Santander), pero a los dos meses ya estaba en Sincelejo.

Hijo de Esteban y Juana, quienes vivían de la artesanía; es el 8º de diez hermanos y de muy pequeño, ya tocaba la dulzaina. Se le conoce como el rey del pasebol, una especie de fusión entre paseo y bolero.

Conversaba frecuentemente con Cresencio Salcedo, uno de los más importantes compositores de Colombia, primo hermano de su padre y autor de las emblemáticas canciones “Año Viejo” y “La Múcura”.

Su padre le regaló una bicicleta que cambió por un acordeón. Rubén Darío Salcedo es autor de más de 400 canciones, 200 éxitos nacionales. Se inició como músico a los 8 años interpretando violines y guitarras. Compuso entre otros temas “Fiesta en corraleja”, “Cabellos largos”, “Ojos indios”, “Ojos verdes”, “Ay Elena”, “Manizaleña”, “Amor de adolescente”, y muchas otras, que marcaron la música de la Sabana y el Caribe.

Integrante de las agrupaciones musicales “Los Corraleros de Majagual”, “Los Caporales del Magdalena”, Alfredo Gutiérrez y sus Estrellas”, “Emiro Salcedo y su Conjunto”.

Lo que más ha hecho Rubén Darío Salcedo han sido paseboles. Sus canciones las hace sobre su guitarra. Su composición más conocida es “Fiesta en corraleja”, que tiene alrededor de cien versiones en cuatro idiomas, tales como las que hicieron Hansel y Raúl, Cheo García con la Billos y Moisés Angulo.

Su inspiración fueron los preparativos de las corralejas, “los hombres cantaban mientras amarraban los bejucos, los palos y las tablas. Esos cantos los interpreté en mi guitarra y luego le puse la parte descriptiva para formar la canción”. Corría el año 1963.

Homenajeado por el Ministerio de Cultura en el año 2009 por su contribución a la música colombiana con motivo del gran concierto nacional de ese año.

MÁS ACERCA DE FIESTA EN CORRALEJA

¡Esta sí es la fiesta buena, Rubén Darío!

Ya viene el 20 de enero/ la fiesta de Sincelejo... Así empieza Fiesta en corraleja, el sabroso porro de Rubén Darío Salcedo que no sólo quedó instaurado como el canto emblemático de la capital del departamento de Sucre, sino como uno de los más representativos de la discografía colombiana.

Rubén Darío Salcedo, uno de los grandes difusores del pasebol -ritmo creado por José 'Cheíto' Velásquez- lo compuso en los albores de 1960, mientras observaba la construcción del amplio encerramiento en madera que serviría de epicentro de las festividades taurinas del 20 de enero.

"Mientras los obreros clavaban los maderos y los amarraban con bejuco me imaginé los palcos repletos de gente, los rostros extasiados por las imágenes de los toros corriendo en la arena, perseguidos por los caballos, y todo ese ambente envolvente de las fiestas de corraleja", recuerda Rubén Darío Salcedo, que por aquel entonces tenía 17 años.

La canción, sin embargo, no la compuso de un solo tirón. Era preciso alimentarla de más imágenes. Fue por esa época en que se mudó a la finca El Ceibal, de su padre, Esteban Salcedo. Estaba ubicada en un corregimiento de Toluviejo (Sucre), llamado El Yeso. Allá, su padre tenía un caballo palomo, piquetero, viejo, con el que vivió faenas inolvidables en diferentes fiestas bravas de la región. Ese caballo y su dueño fueron incluidos en la canción.

"Mi viejo y la bestia eran los elementos que me faltaban para darle fuerza a la canción", anota Rubén Darío. No obstante, duró varios años con ese tema 'enmochilado', pero en ningún momento dejó de componer. A su compadre Julio De la Ossa le entregó La colegiala, y cuando conoció a Alfredo Gutiérrez lo aprovisionó de un arsenal de bellas páginas románticas que revolucionarían la música de acordeón en el país.

La reacción de Alfredo Gutiérrez

"Yo me encontraba en mi casa, en Sincelejo, preparando el repertorio de mi próximo LP cuando recibí la visita de Rubén Darío Salcedo y me dijo: Mira, 'Ñato', aquí te traigo una pieza que tengo guardada desde hace varios años. Se acomoda más al estilo de Los Caporales del Magdalena", recuerda Alfredo Gutiérrez.

Los integrantes de Los Caporales del Magdalena no eran otros que los mismos músicos del Conjunto de Alfredo Gutiérrez, pero su repertorio estaba compuesto por canciones tropicales, al estilo de Los Corraleros de Majagual, agrupación de la que había sido cofundador en 1961.

"El caso fue que Rubén Darío me tarareó su porro con una cadencia que me conmovió tanto que le pedí que lo cantara él mismo, porque se le escuchaba muy bien, con naturalidad. No dudé en incluirlo en el LP próximo a salir".

Se grabó en Barranquilla

Recalca Alfredo Gutiérrez que por una huelga que habían promovido en Medellín por esos días los trabajadores de la industria Codiscos, sello al que pertenecía en aquellos momentos, la canción se grabó en unos estudios que tenía el desaparecido 'Capitán' Molina, en Barranquilla.

El porro encabezó el Long Play que llevó el mismo título: Fiesta en corraleja, y salió a la luz en el segundo semestre de 1968. En Medellín fue la primera ciudad en que pegó, en 1969. Dos años más tarde se convirtió en éxito nacional.

Gracias a Fiesta en corraleja, Rubén Darío Salcedo construyó la casa en el barrio Majagual, donde reside en la actualidad. No sabe con exactitud cuántas versiones le han hecho a su tema, pero sí tiene claro que pasan de 100. Él no sabe si es su mejor pieza, pero sí que es la más popular de todas.
Fuentes:.
1. Las bandas musicales de viento, origen, preservación y evolución: casos de Sucre y Córdoba. 2014.
2. A propósito de las corralejas de Arjona, por Fausto Pérez Villarreal en revista Teledique 2014.


martes, 16 de marzo de 2021

Un meneíto na' ma - Son Clave de Oro

Son Clave de Oro

Sin duda, uno de los grupos más influyentes en la difusión del son cubano en nuestro país fue el Son Clave de Oro, que tomó el nombre del danzón cubano La clave de oro.

Nacido originalmente como Son Marabú, grupo formado expresamente por Agustín Lara para acompañar a Toña la Negra, pronto brilló por sí mismo, debido en mucho a la calidad interpretativa de sus integrantes. Entre sus elementos encontramos a muchos de los músicos legendarios del son en México entre cubanos y mexicanos como Absalón Pérez (en el piano), Lalo Ruiz de Mantilla (tresero del original Son Cuba de Marianao), Domingo Vernier Mango (flautista), Manuel Peregrino y Pablo Zamora Peregrino (percusionistas), Manolo Güido (trompetista), Mario Ruiz Armengol (pianista), además de Juan García Esquivel, Ismael Díaz, Chucho Rodríguez, Homero Jiménez, Güicho Iturriaga, Mongo Santamaría y Armando Peraza. Sus cantantes más importantes fueron José Vásquez "Chepilla", Pedro Domínguez "Moscovita" y Orlando Guerra "Cascarita", cantante de la Orquesta Casino de la Playa.

Su dirigente original fue don Guillermo Cházaro Ahumada, esposo de Toña la Negra, que pasó la estafeta años después a José Macías "El Tapatío".

Su debut fue en el Teatro Lírico, de donde salió de gira por todo el norte de la República y el sur de los Estados Unidos.

Pronto formaron parte del circuito de la farándula de aquella época, tocando en cines como el Máximo de Peralvillo y en los centros nocturnos y salones de baile como El Salón México, El Río Rosa, El Patio, El Waikikí, el Retiro, el Follies Bergere, o el Esperanza Iris, además de continuas presentaciones en la catedral de la música popular de la época, la XEW, y giras con la compañía de Agustín Lara, acompañando a Toña la Negra. Ellos sirvieron de apoyo a multitud de soneros, veracruzanos y no, que llegaban en busca de fortuna a la Ciudad de México.

La primera grabación profesional del Son Clave de Oro se dio en la compañía que también era la compañía de Agustín Lara, la RCA Víctor, por intermediación de Mariano Rivera Conde. Todavía están vivas las interpretaciones grabadas en la década de los cuarenta: El caballo y la montura, Un meneíto na' ma, Por poquito me tumba, Me estoy poniendo viejo, El manicero, Shampoo de cariño, Se murió Panchita, Acabando, El cuento del sapo, Dulce conga y Cascarita de limón.

Tuvieron varias intervenciones en el cine. La primera fue Conga Roja, a la que siguieron Ciclón del Caribe, y otras, pero la que sin dudas fue la más importante, fue su aparición en Salón México dirigida por Emilio "el Indio" Fernández y protagonizada por Marga López y Miguel Inclán, de la cual hicieron toda la música, incluidos los danzones. Una de las escenas en que se disfruta y aprecia la labor del Son Clave de Oro es la ya clásica escena en la que como parte del show, uno de los trompetistas sin dejar de tocar rueda por el piso azuzado por la música, mostrando la alta calidad que alcanzó a tener el Son Clave de Oro.

Fuente: Figueroa Hernández Rafael. Salsa mexicana Transculturación e identidad musical. Biblioteca Digital de Humanidades. Universidad Veracruzana. 2017.

lunes, 8 de marzo de 2021

Almendra - Orquesta Almendra de Abelardito Valdés

 
 
Almendra, es este el sutil nombre que el gran músico cubano Don Abelardo Valdés “Abelardito” diera a su obra maestra que es, sin lugar a dudas, el más famoso danzón cubano.

Es el danzón cubano más grabado y conocido a nivel mundial, es realmente una belleza. Es el danzón perfecto, con una estructura perfectamente definida según el canon de José Urfé. Es más, por si fuera poco hasta letra tiene, breve a manera de estribillo, que se repite cuatro veces en la tercera parte bailable llamada “montuno” y que dice “Son de almendra mi niña”.

Es un danzón que desde los primeros compases lo hace a uno vibrar y por supuesto nos abre el apetito de bailarlo, y al hacerlo es como viajar por un espacio musical creado para el disfrute, para la coquetería, para la seducción, es un danzón sin “trampas musicales”, ni falsos remates ni asimetrías, es en sí un danzón que emancipa a la pareja que lo baila.

En 1938 siendo Abelardo Valdés “Abelardito”, el contrabajista de la Orquesta Hermanos Contreras compuso el danzón Almendra, sin embargo hay otra versión que lo sitúa en el año de 1937.
 
Son tantas las interpretaciones de este danzón y sus respectivas versiones que nos faltaría mucho espacio para citarlas, por decir algunas curiosidades: en 1956 fue llevado a tiempo de mambo por Dámaso Pérez Prado, también existe una singular versión grabada por Mariano Mercerón en donde el “montuno” lo ejecuta a ritmo de mambo fielmente al estilo de Pérez Prado, no se diga la interpretación de la Orquesta Aragón a ritmo de chachachá, y qué podemos decir de las versiones sinfónicas o la versión de jazz latino de Tito Puente. A propósito, el “montuno” del danzón Almendra se presta mucho para la improvisación tipo jazz, inclusive varias danzoneras lo aplican en sus interpretaciones.

Abelardo Valdés “Abelardito”
1911-1958

Ernesto Abelardo Valdés de la Cantera, “Abelardito”, nació en La Habana, Cuba, el 07 de noviembre de 1911. Comenzó su etapa musical tocando el güiro en la orquesta de Luis Carrillo, en la cual su padre Abelardo Valdés tocaba el contrabajo. Participó también en las charangas de Tata Alfonso, Tata Pereyra, López Barroso y en la de los Hermanos Contreras, en esta última como contrabajista.

Es autor también de los danzones "Penicilina", "Horchata", "Salvaje" y muchos otros. En 1938 fue miembro fundador de la orquesta que llamaban “la danzonera de cuba” o sea “La siglo XX”. Finalmente, en 1940 fundó su Orquesta Almendra, con la cual viajó a varios países latinoamericanos.

El tiempo no perdona y “Abelardito” falleció el 09 de diciembre de 1958.
Fuente: Boletín Danzón Club no. 013

lunes, 1 de marzo de 2021

El corazón del pueblo - Jorge Oñate

 
 
Jorge Oñate
1950 -2021
 
Con esta entrada rindo un pequeño homenaje a un cultor del floclor vallenato, Jorge Oñate, quien falleció la madrugada de ayer en la ciudad de Medellín, Colombia, por secuelas del COVID-19.

Deja un legado de canciones llenas de poesía y ahora comparte el firmamento junto a otros grandes intérpretes del vallenato como Rafael Orozco y Diomedes Díaz, de tal altura era su calidad interpretativa. Una gran pérdida... mis condolencias para su familia.

Enseguida su biografía, realizada por Discos Fuentes en noviembre de 2006:
 
Conocido como El jilguero de América, con su voz rompió las reglas que se habían establecido en la música vallenata y partió su historia en dos. Antes de Oñate, el acordeonero cantaba y tocaba su acordeón. Desde el momento en que surgió este artista, nació el cantante vallenato. A partir de ese momento ha sido la voz líder del género y ha mantenido esta posición privilegiada por más de 40 años de vida artística dando ejemplo de constancia, superación y siendo fiel al folclor que lo ha hecho grande.

Nació el 31 de marzo de 1950 en La Paz, Cesar, hijo de Delfina Oñate y de Daniel González. Su interés por el canto comenzó a muy temprana edad. Primero interpretó rancheras y boleros, los ritmos de moda en ese entonces. Sólo cuando cogió fuerza el vallenato, empezó a cantar sus canciones. En su juventud, también se destacó como jugador de fútbol.

“Me ha gustado el fútbol toda la vida. Yo ingresé al equipo del Liceo Caribe en Santa Marta y a las inferiores del Unión Magdalena, del cual soy hincha, lo mismo que del Junior de Barranquilla”.

Sus estudios normales los realizó en Santa Marta, Bucaramanga y Bogotá.

Fue en la ciudad capital donde afrontó realmente su pasión por el canto, actividad que inició en parrandas con sus amigos y paisanos. “En Bogotá me olvidé del deporte, entré al mundo de las parrandas, los tragos, los trasnochos y me dediqué al canto”.

Recuerda que a sus 18 años de edad, viviendo en Bogotá, recibió una llamada del desaparecido compositor Alonso Fernández Oñate, quien por esa época estaba promocionando el primer Festival de la Leyenda Vallenata. Fue la primera persona que le propuso grabar. Apadrinado por este insigne compositor, logró llegar a la pasta sonora acompañado por el acordeonero Emilio Oviedo, con quien grabó el disco Festival vallenato y en el cual aparecieron canciones como Campesina vallenata, María Eugenia y Luisa Fernanda. Este conjunto se llamó Los Guatapurí.

Ahí comenzó su largo recorrido musical durante el cual ha moldeado su voz al lado de acordeoneros de la talla de Miguel López, Emiliano Zuleta Díaz, Nicolás Elías "Colacho" Mendoza, Raúl “El Chiche” Martínez, el desaparecido Juancho Rois, Álvaro López, Gonzalo Arturo “El Cocha” Molina, Julián Rojas y Christian Camilo Peña. Cuando trabajó con Chiche Martínez y Juancho Rois, logró las primeras ventas en grande y sus primeros y muy apreciados Discos de Oro y Platino. Ha ganado nueve Congos de Oro en el Festival de Orquestas y Acordeones de Barranquilla, además de muchas menciones especiales en Colombia y en los países que ha visitado. Está orgulloso de su Águila Dorada, premio que le entregó la cervecería Águila por llevar su música al Carnaval por más de 30 años consecutivos. También fue el primer artista que se llevó el premio Luna, en Barranquilla, una especie de Grammy costeño.

Guarda sus premios en su residencia de La Paz, en la cual tiene un salón destinado exclusivamente para ello. Al visitar ese rincón de los gratos recuerdos dice:
“Estos trofeos, diplomas, cuadros, discos de oro y de platino me han hecho feliz en cada instante de mi vida musical. Cada uno significa un logro al lado de distintos acordeoneros y por eso, aquí permanecerán; son los testigos del esfuerzo de un hombre que ha dado muchas alegrías con la música al pueblo colombiano”.

A lo largo de su carrera artística ha grabado 46 discos dando en cada uno de ellos más de un éxito. Entre sus más recientes producciones se encuentran Vallenato del nuevo milenio (1999), El invencible (2002), En vivo –también publicado en video–(2003), Seguiré triunfando (2004) y Mi mejor regalo (2006).

Además de Campesina vallenata, María Eugenia y Luisa Fernanda, sus primeros éxitos, con su voz se impusieron obras como A mí no me consuela nadie, Alicia Adorada, Berta Caldera, Calma mi melancolía, El ahijado, Figuras de amor, El cantor de Fonseca, Palabras al viento, Paisaje de Sol, La muerte de Moralito, La paloma, Nació mi poesía, La parranda y la mujer, Lloraré, Mujer conforme, Mujer marchita, Nido de amor, Ruiseñor de mi valle, No comprendí tu amor, No voy a Patillal, Oye tú, Llévame contigo, Qué tienes que me vuelves loco, El invencible, Se te fueron las luces y Una aventura más, entre otras.

Fue bautizado como "El ruiseñor del Cesar" por el periodista Jaime Pérez Parody cuando cantaba en el conjunto de los Hermanos López y como "El jilguero de América” por Juan Gossaín, en una crónica que escribió. Ocupó la presidencia de la Sociedad de Autores y Compositores SAYCO, con sede en Bogotá, desde donde adelantó importantes iniciativas en favor de los compositores colombianos.

Su familia está integrada por su inseparable esposa Nancy Zuleta y sus hijos Jorge Luis, Jorge Daniel y Delfina Inés.