La Música Tropical: Patrimonio cultural intangible de la humanidad


La Música Tropical: Nuestro Patrimonio Músico-Cultural

domingo, 21 de diciembre de 2014

V.A. Super Porros en Navidades Costeñas

Con esta entrada quiero agradecer su visita y espero me la brinde también el año que se avecina. Deseo que pase una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo en compañía de todos sus seres queridos... y que el Señor nos guíe y nos acompañe en nuestro camino.

V.A. Super Porros en Navidades Costeñas


Que no te da dolor - La Sonora Cordobesa

domingo, 9 de noviembre de 2014

A.M. Camacho y Cano - La más preciosa

Angel María Camacho y Cano
1901 - 1993

CAMACHO Y CANO CUENTA SU VIDA
Único autor colombiano sobreviviente que grabó en Brunswick.

Sobreviviente.

Hernán Restrepo dijo que Camacho y Cano es quizás, hasta donde llegan sus conocimientos, el único sobreviviente de los artistas colombianos que hicieron grabaciones en “Brunwick”. Y como este es el año del centenario de nacimiento de las industrias fonográficas, bien vale la pena contar lo que dijo Camacho y Cano a Gustavo Escobar Vélez, director del programa de música antigua “Evocación”, en el que trata de revivir canciones que fueron fruto de una buena inspiración y que tienen derecho a no morir olvidadas.  Anota el personaje central de esta crónica lo siguiente:

La Base.

Nací en San Estanislao (arenal) departamento de Bolívar, el 1º de agosto de 1901 a las 6 a.m. Mis padres fueron Carlos y Melania. Estudié en Cartagena en el Seminario San Carlos Borromeo durante 5 años de 1912 a 1916. En 1919 recibí el grado de bachillerato en el Colegio San Pedro Claver de Cartagena. En 1923 terminé estudios de derecho en la Universidad de Cartagena. ¿Mi carrera musical? Fue por carambola. Cuando mis padres aspiraban a que yo fuera ministro del Señor y me proporcionaron los 5 años de estudio en un Seminario, yo aproveché esos 5 años en música.  Los curas se dieron cuente de que el jovencito tenia buena musicalidad y el padre Masè (francés) me puso cariño y me enseñó a tocar armónium, y más tarde órgano. Me instruyó fuertemente en música teórica. De manera que esos 5 años que pasé en el Seminario constituyeron para mí la base de mi estructura musical.

El Maestro.

En 1920 empecé a estudiar leyes, pero al mismo tiempo me conseguí un puesto de maestro de escuela en el Cabrero de Cartagena. Mi actividad musical continuó en una forma práctica, porque llegué a ser el pianista de la Orquesta Lorduy, la mejor que había entonces. En ese lapso, desde 1920 al 23, conocí a Adolfo Mejía, de quien llegue a ser íntimo amigo. Los dos compositores tuvimos la gran oportunidad de una orquesta en la cual entrenábamos nuestras piezas, que eran siempre de mucho agrado para el público cartagenero. También en ese lapso fui muy aficionado a la literatura y a la  poesía y fui amigo de los mejores literarios y poetas que había en Cartagena. Recuerdo a Fernando de la Vega, a Pachìn Royo, a Donaldo Bossa Herazo, Juan Esquivia Vásquez y tantos que escapan a mi memoria.

Nace el Músico.

El himno de los estudiantes de Cartagena es música mía, con letra del famoso Pachin Royo, quien se interesó para que yo musicalizara sus versos.  El liderato en poesía lo tenía Carlos H. Pareja (Simón Latino). En 1924, después de haber terminado mis estudios de derecho, debía resolver mis actividades: dedicarme por completo a la abogacía o consagrarme a la música. Las dos cosas eran incompatibles y así lo comprendí yo. Los únicos partidarios de que me dedicara a la abogacía eran mis padres y el cura párroco.  Todos mis amigos decían que yo había nacido para la música.  Tomada la resolución, a disgusto de mis padres, me fui a Sincelejo y fundé mi Academia.

Etapa Inolvidable.

Fue mi compañera Hortensia, la de carne y hueso, muy bonita y de familia apreciada. La temporada en Sincelejo fue inolvidable. Tuve buen número de alumnas, especialmente en la colonia siria. El acontecimiento más importante de esta temporada en Sincelejo fue un concurso de poesía con tres permios, de los cuales me gané el primero, una violeta de oro, y el tercero, una flor natural. Los poemas premiados llevaban por título “la Vida”, el primero y “Ella”, el segundo. El segundo premio del concurso fue otorgado a Pompeyo Molina, un buen poeta.  Después fui contratado por el doctor Miguel Méndez  para que me fuera a Montería.  Estuve más de un año.  Volví a Sincelejo y en 1928 viajé a Medellín en compañía del cantante Jesús González, a quien llamaban romana porque en todas las serenatas siempre que cantaba ponía como primer número ese vals canción que estaba muy en boga.

En Medellín.

En Medellín estuve más de un año. Recuerdo a Pelón Santamaría, a Carlos Vieco, al maestro Nicolás Santamaría y su Orquesta, al pianista Jaime Santamaría. Pero yo estoy escaso de memoria y por eso no menciono otros. Me conecté con la casa Bedout, que tenía la agencia de Discos Víctor. Le vendí en total unas doce piezas a 25 pesos cada uno. Trataré de recordarlas: Óyeme Lorenza, El Gongoronchì, Hortensia, Adiós, Pobre Matilde, Rosendo, Cielo Azul, Perdón, Medellín. Este fox se lo dediqué al general Berrio, en ese entonces gobernador de Antioquia (un Varillazo y me resulto. El general me recibió en audiencia y se puso a mis órdenes. Más tarde me regaló los tiquetes para que yo pudiera viajar de Medellín a Barranquilla.

El Cuplé Rosendo.

Aproveché mi estadía en Medellín y me matriculé en el Conservatorio de Música para continuar mis estudios de solfeo y violín con el maestro Begue. Hice buena liga con la colonia costeña en dicha ciudad. Recuerdo a Juan Rosado y a los Buelvas, Jesús Antonio llegó a ser gobernador de Córdoba.  Antolín Díaz, un buen cronista, me impulsó para que abandonara Colombia y me fuera a los Estados Unidos.

Graba en Brunswick.

Don Ezequiel Rosado escuchó en Barranquilla algo del gran repertorio compuesto por mí e inmediatamente se convirtió en mi protector, facilitándome el dinero necesario para viajar a los Estados Unidos a grabar en Discos Brunswick 3 Piezas que él había escogido. A cumplir ese contrato me marche en noviembre de 1929 a la ciudad de los rascacielos. Organicé un conjunto con el nombre de Grupo Camacho y Cano y con el hice las 30 grabaciones. Pero Carlos Vásquez, mexicano, como gerente de la Brunswick vió que todas esas piezas musicales eran de éxito y fue así como no se contentó con grabarlas sino que hizo nuevos arreglos para que siguiera grabando más hasta que llegue a 88.

El Repertorio.

Algunas de aquellas piezas fueron, en distintos ritmos: Por lo bajo, Gaitán y Crispín, Lávate la cara, Arroz con Leche, El Caimán, El Corcovado, Por la Madrugada, Lo que puede Suceder, El Cascabel, Echa Pa`lante, El Doctor Basura, Agua de Panela, La Boulanger, El Prado, Sonrisas, Así Caliente, Con su Panela Melcocha, Los Ojos de Mi Mujer, Juanito Campo, Calentándose Va, Si Supiera Usted, Óigalo Usted, Mazamorra de Plátano, Si tú no me Quieres, El Ají, Esas son Bombas, Viva el Carnaval a Barranquilla, Enrique, Dale Tú, Entre Chanza, Agárralo por Detrás, La Bagatela, El Sapo, Los Patitos, entre otros. Muchos de estos discos fueron cantados por Alcides Briceño, panameño, Pilar Arcos cantó algunos que no eran aires criollos como Gaitán y Crispín y Chiquitina.  El primer disco parte de las piezas en Estados Unidos fue "Por lo bajo".  La mayor parte de las piezas fueron interpretadas por el grupo Camacho y Cano. El famoso compositor puertorriqueño Rafael Hernández colaboro mucho conmigo en la consecución de los músicos.

Rafael Obligado.

En lo relacionado con Rafael Obligado y su Orquesta Costeña, puedo informarle que utilicé ese seudónimo (Rafael Obligado) para grabar algunos temas (14 en total) para la Columna, sencillamente porque no podía usar mi nombre, ya que el contrato en la Brunswick era de exclusividad. Entonces estaba “Obligado” a ocultar mi verdadero nombre. De esas grabaciones recuerdo La Gaita y Este es puro cumbeo. Olvidaba decirle que de Brunswick, El Sapo y Los Patitos fueron dos huapangos lanzados especialmente para México y grabado por los cantantes Milia Domínguez y Rodolfo Hoyos, con mucho éxito.

Sus Grabaciones.

Dos veces estuve en los Estados Unidos. También en Cuba y Panamá. El número de grabaciones en discos fue así: 12 para la Víctor, 14 para la Columna y 88 para la Brunswick. Total: 114.  En USA me hice alumno de Lew White, uno de los más famosos organistas de entonces. Su Instituto era para millonarios y cada clasecita valía 25 dólares. En el 31 hubo crisis mundial. Me vine de los E.U. Esperaba y esperaba regalías de la Brunswick, pero hubo una mala “Jugarreta”. El registro de Brunswick Balke Collander Company fue cambiado por Brunswick Radio Corporation y esta última le había comparado a la primera lo relativo con billares, etcétera, pero no tenía nada que ver con los compositores ni mucho menos con las regalías. Este fue el triste final mío. Años después cuando la Peer Internacional Corporation me propuso encargase de mi música y grabarla, me negué rotundamente. Había quedado decepcionado desde 1931 y había resuelto dejar mi repertorio inédito. En 1937 me casé y tengo 4 hijas dedicadas a la música.

Grabó en Tropical.

En 1963, en Barranquilla, donde está la Academia de Música Camacho y Cano, dirigida por Ros Camacho Alandete, Discos Tropical me llamó para que grabara varios discos de larga duración en el órgano electrónico que había aprendido en USA. El primero se tituló "Típicamente Colombiano" con pasillos, danzas y valses de mi inspiración en órgano y batería; el segundo, "Óyeme Lorenza", con órgano y cantante en musical de la Costa, pero mía; el tercero "La Más Preciosa", con aires costaneros; y el cuarto, "Voces del Corazón", con boleros en mosaico por el conjunto Los Astrales, bajo mi dirección.

Camacho muere en el año de 1993, en Barranquilla, no sin antes dejar su legado de música colombiana, entre ellos porros como La Bagatela (diciembre de 1929 con la Brunswick), Ay, ay, ay que Gusto (con la Brunswick), interpretados con el grupo Camacho y Cano; y la cumbia A Medio Lao Colombia (mayo de 1930), interpretado con Rafael Obligado y su orquesta.
Fuente: por Carlos E. Serna en http://porroyfolcloronline.blogspot.mx/2012/05/camacho-y-cano-cuenta-su-vida.html#


A.M. Camacho y Cano - La más preciosa
 


"A mis numerosos amigos en todo el territorio colombiano: RECOMIENDO de manera especial este L.P. que es álbum número tres que he grabado para discos TROPICAL.

En él aparecen melodías favoritas del público en los últimos años, como son: Que Linda, Sonia, Gaita Universal, Cumbia Panorámica, La Brasilera, otras de vieja data: El Sapo Muerde, Caimán, De Cartagena a Barranquilla, y cuatro nuevas: Hagan Rueda, Pedro Juan, Que Siga la Parranda y La Más Preciosa, merecedoras éstas de una rápida popularidad.

Esta vez el órgano electrónico entra en diálogos cortos y graciosos con el piano y el trombón y las combinaciones felices y oportunas traen matices satisfactorios que permiten augurar un éxito doble: para el oído y para el baile.

La Colaboración eficiente y valiosa de Rosita Camacho, Rosendo Martínez y Pompilio Rodríguez es factor ponderante para el mayor triunfo de este álbum, que habrá de constituirse en un cofre de gratos recuerdos. Así sea para gloria de Colombia y de su música."
Fuente: portada trasera del L.P.

Hagan rueda

domingo, 26 de octubre de 2014

Las Hermanas Lago - El primer trío femenino de Cuba


Las Hermanas Lago

Su conformación nos remonta a Cuba, esa Cuba, cultural, llena de expresionismo musical, repleto de vertientes culturales e inundado de excelentes exponentes.

Cristina, Lucía y Graciela Lago  fueron tres hermanas que se preciaron de ser el primer trío conocido existente de Son Cubano y el primer trío femenino a nivel mundial, su música data de los años 40s, en el siglo pasado.


Comenzaron su carrera siendo niñas en la década de los años 30s y se presentaron en los mejores teatros de la capital.

En su repertorio incluían temas de Miguel Matamoros, Rafael Ortiz, Ignacio Piñeiro y otros grandes autores de la época. Fueron las primeras en implementar un trío no instrumentalista (como el Trío Matamoros), sino tres voces diferentes melódicas: prima, segunda y falsete, o prima, segunda y una tercera voz, todas distintas.


También fueron las primeras en mostrarse en la televisión, de la cual son fundadoras para la época en su natal Cuba.

Dada su calidad histriónica llegaron también a ser figuras de la radio; se mantuvieron vigentes por años con programas en las emisoras CMQ y COCO, y sus voces identificaban la imagen de la emisora Radio Cadena Habana, además siempre figuraban por sus excelentes juego de voces en los jingles de los bares de la época.

Cantaron junto a grandes figuras en el Tropicana y en el Teatro Nacional, como la Sans Souci, la Sonora Matancera y Esthercita Borja -entre otros artistas- y mantuvieron un repertorio importante de temas infantiles, como La Bola. Algunos de sus otros temas fueron: Longina, El plebeyo, Madresita, La bella cubana, Mi dicha lejana, Canción de Navidad, Sombras, Ella y yo, y Tú me has engañado, entre otras.
Fuente: Revista La Salsoteka, Año 1, Edición 09.


Las Hermanas Lago - El Primer Trío Femenino de Cuba

Temas:
01 Longina
02 Ella y yo
03 Bella cubana
04 Corazón
05 Déjame sola
06 Popurrí cubano
07 Mi dicha lejana
08 Recuerdos de Ipacaraí
09 Sombras
10 Mi pobre amor
11 Despierta amor mío
12 Tú me has engañado
13 Unidos los dos
14 Si llego a besarte
15 En un final me importa poco
16 Canción de Navidad

domingo, 19 de octubre de 2014

Carlos Campos - 15 Exitos

Carlos Campos "El Campeón"
1911 - 1999

Una de las grandes figuras de la música tropical mexicana fue, sin lugar a dudas, el maestro Carlos Campos.

Apodado El Campeón, tuvo una vida llena de éxitos y su orquesta una de las más aclamadas por el México que se nos fue; su fin: olvidado por todos. Hoy lo recuerdo con algunos de sus grandes éxitos, con ustedes El Campeón:



“Puros recuerdos y recuerdos”


Entrevista a Carlos Campos.

El Campeón, aquel creador del danzón, lentamente sucumbe... Su mirada refleja una profunda tristeza, una nostalgia que se encajona en todo su envejecido y vulnerado cuerpo. Ahora, no es como antes, pues El Campeón a sus más de 86 años, con dificultad se tiene que acompañar con su mejor amigo, el bastón, para poder levantarse, dar unos pasos y no estar encerrado en este asilo de la ciudad de La Eterna Primavera.

Con lágrimas en los ojos, aquel hombre de fuerzas, de alegría, de felicidad, de música, su rostro ya arrugado por el paso del tiempo, asegura que su ilusión antes de morir es tener entre sus delgadas manos una guitarra, un saxofón o “estar al frente de una orquesta” para que así, descanse en paz y recuerde sus “momentos de triunfo” cuando en la época de los cuarenta a los sesenta reunía conglomeraciones inmensas en sus bailes.

Hoy, Carlos Campos, sólo mira a través de la ventana aquellos cuerpos que, con gran dificultad, caminan a lo largo y ancho de este asilo para ancianos. O, en todo caso, dice, su vida se le va “contemplando sus trofeos que están en el suelo”. Son más de diez. Y, más aún, es terrible su vejez porque en una de las paredes pende un retrato donde don Carlos Campos luce jovial con menos de 30 años. Además, lo acompaña un disco de oro que le fue entregado por las altas ventas que logró por sus danzones: “Puros recuerdos, recuerdos”, dice con una voz ronca.

Físicamente, sus manos ya desgastadas se asimilan con su vista cansada. En su piel, detalladamente, se ve como la vida se fue acumulando y ahora, Carlos Campos, ese hombre de música, el rey, el único, el que fuera ídolo, millonario, feliz... sólo pide que lo dejen vivir en paz y lo “ayuden económica y médicamente, porque ante la falta de recursos su enfermedad del sistema nervioso, poco a poco lo están desvaneciendo. Ya ve, ahorita ni puedo pararme”, se sostiene con su bastón en manos.

En un cuarto de cinco por cinco, en el asilo Díaz de León en la ciudad de Cuernavaca, El Campeón descansa en un viejo sillón y afuera de la habitación almas y más almas caminan con gran dificultad. “Les pesa la vida”, diría El Campeón. Con un coraje profundo, además, el viejo, agregaría: “Me siento como un perro en la calle, solo, sólo con un bastón”.

Nervioso, tenso, con odio... sumaría: “Aquí en el asilo se acaban las visitas; incluso la de los propios hijos”.

Don Carlos Campos se deprime más cuando dice “que fue millonario” y ahora está en las ruinas: “No tengo ni un centavo”. Su error afirma: “Fue heredar a mis hijos en vida”. Todo lo que quisieron lo tuvieron a su alcance. Una hija tuvo un instituto de idiomas y ahora que necesito su ayuda, de todos, ni me recuerdan. Saben que existo pero que digan: “Voy a visitar a mi papá: ¡Eso no!”. Sin embargo, a pesar de todo esto, asegura, “no les guardo rencor”.

El autor de danzones como Fichas Negras y Teléfono a Larga Distancia viste una camisa blanca, pantalón y zapatos negros. Desde mayo de 1997 don Carlos Campos, el danzonero que visitaba Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Puebla... cuando estaba al frente de su orquesta, se deprime aún más cuando puntualiza que ni sus mejores amigos de su época lo visitan aquí en el asilo: “Ellos se interesan por sí mismos y por Carlos Campos, ¡no!”.

Sin embargo, a su edad, no todo es tristeza, pues al intérprete del danzón Juana se le observa una amplia sonrisa cuando habla de su estancia por el Salón México o por la Unión Americana al frente de la orquesta: “¡Ayyyyyy todo era bonito y, sobre todo, aquí en México los 15 de septiembre y días festivos! En los Estados Unidos en todos los lugares que me presenté, todos fueron triunfos”. También, se siente a gusto cuando recuerda aquel público de su época que le bautizó y lo reconoció como El Campeón: “No fui famoso, sino que me hicieron... (porque) el cariño del público lo llevo en mi corazón”. Y, agrega: “Esa gente gozó y disfrutó de Carlos Campos y, creo que, lo recuerdan con mucho gusto. Me sentí contento al lado de ellos”.

A sus 86 años, quien grabara 45 discos y galardonado con el trofeo La Orquesta Más Taquillera, en entrevista, recuerda su pasado, sus triunfos, sus tristezas, su abandono, sus hijos, su público... todo.

EN EL ASILO SE ACABAN LAS AMISTADES

-¿Desde cuándo permanece aquí en el asilo?

-Desde mayo del año pasado (1997) cuando mis hijos, con quienes estaba, me confirmaron que ya no tenían un lugar donde mantenerme. Entonces dije: ¿Para qué estoy con ellos? Con un poco de dinero busqué este lugar. -Al responder, por primera ocasión, los ojos de don Carlos Campos, rápidamente, humedecen.

-Pero, sus hijos lo visitan, ¿no es así?

-(Silencio. Su mirada es muy triste, humedece). Cierra sus párpados y afirma: “No, no me visitan. Ahora que necesito una ayuda de ellos ni me recuerdan. Lo tuvieron todo. Que digan voy a visitar a mi papá, ¡eso no!”.

-¿Eso le da coraje?

-Firme con una voz ronca responde: “¡No!”.

-Sus nietos desde luego tampoco lo visitan, ¿verdad?

-No. Aprecio mucho a Carlos Roberto. Tengo cinco nietos y cuatro se llaman Carlos. Al último ya no le pusieron Carlos porque entonces le iban a decir Carlos V como el chocolate, el de la tele. (Risas, muchas risas). Los quiero mucho, pero es más fácil que los visite que ellos a mí.

-Oiga don Carlos Campos pero sí lo visitan, por ejemplo, sus compañeros que fueron de orquesta, ¿no?

-(Su mirada se inclina donde están sus trofeos. Mira muy, muy triste como recordando su pasado). Respira profundamente, luego truena: “¡Nooooooo, aquí se acaban las visitas. Aquí en el asilo se acaba todo, todo!”.

-¿Ni su mejor amigo viene a verlo?

-¡Nooooo!; tuve varias personas que les tuve aprecio como músicos, no como amigos; sin embargo, ellos a mí ¡no! Ellos se interesan por sí mismos y por Carlos Campos ¡no!

-¿Por qué cree que no lo visitan?

-Por mala voluntad, porque ellos se siguen creyendo Carlos Campos.

-Y, ¿tampoco les guarda rencor?

-A veces sí; sin embargo, quiero decirle que ellos hicieron su vida aparte y, la verdad, nunca han podido hacer nada porque falta la cabeza de la orquesta, o sea, Carlos Campos.

-¿Aún cuando alguno de ellos siga al frente de la orquesta?

-No; porque ellos tienen registrado el nombre de Carlos Campos: ¡Son los dueños! En cambio, yo no soy nadie. Ellos pueden hacer lo que quieran y trabajar donde sea.

-Por cierto don Carlos, ¿porqué nunca registró el nombre de la orquesta?

-Venus Rey, entonces secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Música del Distrito Federal, le informé de mi decisión de retirarme de la música, aceptó, pero me dijo que la orquesta seguiría y mi nombre también. No se me ocurrió registrar el nombre del grupo porque les tenía mucha confianza a todos; sin embargo, resultó todo lo contrario. Me indicó que a los músicos los indemnizara o que les dejara el nombre, pues de lo contrario me demandaría. Registraron el nombre y, después, nada pude hacer.

-Volviendo un poquito a su estancia aquí en el asilo, ¿cómo es su vida aquí?

-Bueno, como músico gocé de todo. Toqué danzones y tropical y la gente se fascinaba; en cambio aquí sólo pienso en la soledad, abandono y tristeza. En el asilo raramente toco el piano que está en el comedor. En la mañana desayuno y después, todo el día, uno se queda aquí. A la una de la tarde le tocan la campana para comer y, posteriormente, agarro camino para mi cuarto. Además, con la muerte de mi esposa todo cambió: “¡Nomás imagínese!” Comíamos juntos, siempre, y ahora ando como un perro en la calle sólo con un bastón para sostenerme. ¡Estoy solo! Me siento mal ahora que no estoy en mi ambiente. Eso es la rutina.

-¿Adónde viaja su mente cuando toca el piano?

-¡Pues a la música! (Una sonrisa embellece su rostro. Su mirada luce alegre. Sus ademanes parecen estar tocando, verdaderamente, un piano). Toco el piano porque recuerdo a los danzones y al cha-cha-cha de mi época. Para no pensar en la soledad, ni en el abandono, me gustaría permanecer al lado del ritmo que toqué.

COMO MÚSICO FUI MILLONARIO; AHORA NO

-Entonces maestro, ¿por qué abandonó la música?

-Dejé la música porque tenía mucho dinero. En la época de Echeverría llegué a tener un millón de pesos. Era millonario y, con tanto dinero, me vino a la mente de abandonar la música. Con los intereses del banco pagaba la casa y aún me sobraba fortuna. Me entristece decir: ¡Fui millonario!

-Todo ese dinero que menciona, ¿dónde está?

-Está con mis hijos y mi error fue heredarlos en vida. Todo lo que quisieron estuvo a su alcance. Una hija tuvo un instituto de idiomas y ahora que necesito la ayuda de todos ni me recuerdan.

-Hoy en día, ¿todavía tiene parte de ese dinero?

-Ríe, ríe: “Poquito”.

-Sin embargo, El Campeón se dio gusto con su dinero, ¿no es así?

-¡Sí; y mi placer se enfocó a los carros! -Exclama emocionadamente-. Tuve coches americanos y europeos. Me gustó viajar y conocí lugares como Egipto, Cuba, Israel y Estados Unidos.

-Al frente de su orquesta, de su fortuna, ¿qué satisfacciones recuerda?

-¡Ahhh, pues que a cualquier lugar donde iba mi nombre quedó grabado!; es decir, en Juchitán, Michoacán, Veracruz, Distrito Federal... Todos coreaban el nombre de mi orquesta y el de Carlos Campos. ¡Siempre confié en mi persona!

-Maestro platíqueme, ¿cómo surgió su orquesta?

-La empecé a organizar estando en un cabaret. Ahí trabajaba con diez personas. Posteriormente, con el tiempo me dieron la facilidad de quedarme con la orquesta y a partir de ese momento se formó de 12, 14 y hasta 15 elementos. Después con este número de músicos me fui a trabajar al Salón México donde gané popularidad.

-De esos escenarios como el Salón México, ¿qué recuerda?

-Lo recuerdo mucho, mucho. Aquí en México recuerdo mucho a este salón y, desde luego, a la Unión Americana.

-¿Cómo eran esos bailes en el Salón México?

-¡Ayyyyy todo era bonito y, sobre todo, los 15 de septiembre y días festivos!

-En los lugares de los Estados Unidos, ¿también era bien recibido?

-Sí; me presenté en Los Ángeles, en Chicago, Texas y otras partes. ¡Todos fueron triunfos!

-¿Recuerda qué le gritaba la gente?

-Sonríe: “¡Todo era un escándalo! Me recibían bien, muy bien”.

-De todos sus danzones, ¿cuál era el preferido del público?

-Me pedían mucho Juana y Teléfono a Larga Distancia. ¡Dos danzones maravillosos y bonitos!

-Y, ¿cuál le gustaba más a usted?

-(Carlos Campos acomoda de su sillón. Levanta la mano como dirigiendo una orquesta. Ríe, está contento, demasiado. Una sonrisa cubre su arrugado rostro). Empuña su bastón y recuerda: “Me gustaban todos, pero el primero que toqué y me gustó fue Fichas Negras que, por cierto, pegó mucho”.

-Oiga don Carlos, ¿usted cree que hizo feliz a su público?

-¡Sí, sí! La gente gozó y disfrutó de Carlos Campos. Creo que lo recuerdan con mucho gusto y, desde luego, me sentí satisfecho en cada uno de los escenarios donde toqué.

-¿Qué le diría al público de esa época?

-Pues que fue un placer estar al lado de ellos. Sería agradable poder saludarlos y juntos oír música de Carlos Campos.

-Maestro, ¿dónde guardó el cariño del público?

-(El silencio se vuelve más silencio. Alguien se asomó a la ventana y de reojo volteó. Sus ojos humedecen de nueva cuenta. Su mirada se vuelve triste, opaca. Limpia, con delicadeza, sus lágrimas que apenas y brotan). Después lleva su mano derecha al corazón, la mantiene ahí por unos segundos y afirma: “Pues aquí, aquí en el corazón. Aquí está el aprecio de la gente”.

LA GENTE ME LLAMÓ EL CAMPEÓN

 -¿Por qué nació eso de El Campeón?

-Mire, me lo pusieron por la popularidad y venta de discos. Fue un director artístico de una difusora que me llamó así.

-¿Aún se siente El Campeón?

-Ríe, ríe: “El público es quien me considera; yo no”.

-El Campeón, ¿en qué años tuvo su mayor apogeo?

-De los cuarenta a los sesenta.

-De todos sus discos, ¿cuál dejó satisfecho a El Campeón?

-¡Todos!, pues conforme los iba grabando me gustaban más y más.

-¿Se sintió famoso?

-No precisamente por mí, sino que me hicieron famoso. Yo no soy de los que digo ni nunca he dicho: ¡Soy famoso, no! El público fue quien me hizo porque le gustó lo que hice.

-A El Campeón, ¿le faltó algo por hacer?

-No; y todo lo que tenía pensado se realizó.

-Aquí veo en su cuarto trofeos, ¿cuál le faltó ganar a El Campeón?

-Ninguno; y estos son sólo algunos. Los otros los tengo guardados, porque si estuvieran aquí no cabrían. Están los indispensables.

-¿Qué siente por ellos El Campeón?

-Aprecio. Tengo uno muy especial que dice: La Orquesta Más Taquillera.

-¿Qué opinión tiene El Campeón de los danzones de hoy?

-Ahora son bandas y grupos. Es otro tipo de música, no la critico, porque la juventud es otra. Ahora son Bronco, Banda Maguey y muchos más.

-Es cierto que El Campeón le dedicó un danzón a Carmen Salinas, ¿por qué?

-Sí; y fue porque le tenía mucha simpatía, pero ahí tiene, no lo reconoció. Lo valoró en el momento cuando existía el programa Visitando las Estrellas con Paco Malgesto, a quien Carmen le dijo: “Carlos Campos me dedicó un danzón y lo vas a escuchar”; sin embargo, jamás le hizo promoción y todo pasó desapercibido.

Don Carlos Campos no es bajo, no es alto. ¿1:70 de estatura? Su piel es blanca y sus ojos cafés. Su frente es amplia y sus cejas son semipobladas. Sus labios son semigruesos. Su voz, a veces, es tenue, ronca, exclamativa, varía. Su humildad, sencillez, cordialidad, humanidad lo hacen ser todavía, creo yo, El Campeón. No es vanidoso, no agranda su pasado, ¡nada de eso!, al contrario, entristece, le da coraje, no sólo sus hijos; sino también sus mejores amigos y compañeros, que no lo visiten y sigan al frente de su orquesta sin tomarlo en cuenta.

EL DON DE SER MÚSICO SE LO DEBO A DIOS

 -¿Quién fue Carlos Campos antes de llegar a ser músico?

-¡No fui nadie! Sin embargo, quiero decirle que nací para la música y no para otra cosa. A los 12 años sin estudiar, nada más de puro oído tocaba los instrumentos y conforme pasó el tiempo aprendí mucho. No estudié piano, ni solfeo, ni armonía e incluso así llegué a ser músico. Ese fue un don que me dio el Señor, el cual se lo agradezco mucho.

-¿Cómo eran los padres de Carlos Campos?

-(Silencio. Mucho silencio). Luego, pausadamente, agrega: “Eran luchadores por la vida. Mi padre tocaba el violín y yo el piano”.

-¿Dónde vivía?

-(El dolor aumenta pues Don Carlos lleva ambas manos a sus vulnerados ojos. Con gran dificultad levanta, abre la puerta, respira y vuelve a sentarse). Respira profundo, empuña su bastón y con un coraje en su rostro, recuerda: “Viví en la colonia Doctores. Tuve una infancia triste. Fuimos 12 hermanos y difícilmente nos daban dinero y la verdad no sé cómo nos sostuvieron. Por eso, cuando junté fortuna apoyé a mis hijos y nunca les faltó nada”.

-¿Cómo quisiera ser recordado El Campeón?

-(Triste, muy triste se ve el rostro de Don Carlos Campos). De su pecho una voz apenas firme logra escucharse: “El día que muera no quiero velatorio toda la noche y que digan: ¿Te acuerdas de Carlos Campos, El Campeón?, ¿Qué hermosos fueron sus danzones?, ¿sus bailes? ¡No, no quiero eso! Si fallezco que me lleven al crematorio y punto”.

-Por último maestro, una pregunta que tal vez no le vaya a molestar, ¿aquí en el asilo ha pensado en el suicidio?

-(Silencio absoluto. Las almas pasean allá afuera. Unos canosos, otros menos. Unos viejos, otros menos. Unos más que otros con ganas de vivir. Se les nota en sus vulnerables rostros. Don Carlos Campos luce un cabello muy blanco, como el color de la nieve. Es muy agradable y sencillo. Cuando le pregunté esta interrogante, como un niño ofendido, llevó su mano derecha, con su pañuelo, a sus cansados ojos). Las lágrimas volvieron a aparecer y esta vez tronó, tristemente: “¡Sí, sí he meditado en el suicidio!”.

El reloj marcaba casi la una y la rutina del asilo nos impidió platicar más. Antes de ir a comer Don Carlos Campos volvió a remarcar: “Necesito ayuda económica y médicamente. Estoy en la pobreza”.

Junto a mis hermanas y mi madre salimos destrozados.

Cuernavaca, Morelos, Junio de 1998.
Fuente: por Bladimir Villegas García, en vocesdelaculturamexicana.jimdo.com,

domingo, 12 de octubre de 2014

María Alma - Canta sus éxitos

(1915 - 1955)

María Luisa Basurto Río de la Loza "María Alma"

Nació el 6 de octubre de 1915, en Monterrey, Nuevo León. Fueron sus padres Don Manuel Basurto Campos y Doña Estela Río de la Loza Porchini. Falleció el 10 de mayo de 1955.

Vivió en Monterrey, Nuevo León, en la ciudad de Houston, Texas y en la ciudad de México. Estudió primaria, cursó la carrera comercial y después la carrera de Cultora de Belleza. En Monterrey realizó también algunos estudios musicales.

Su carrera como compositora la inició en Monterrey, donde trabajó en las estaciones XEMR y XET; posteriormente, ya en la ciudad de México, en 1940, ingresó a la XEW. Su primera obra fue "Noche de mar".

Fue cantante y compositora. Durante un tiempo fue también bailarina. Le gustaba mucho el mar, el campo y viajar; así como la guitarra y el piano.

Era dulce, sumamente romántica, melancólica y apasionada por la música, que fue su vida. Siempre le gustó escuchar todo tipo de música, pero su predilección era para el bolero.

Sus obras que más satisfacciones le dieron, fueron "Compréndeme", que fue grabada por Marco Antonio Muñiz, Vicky Carr, Genaro Salinas y por ella misma. "Tuya", que fue el tema de la película "La mujer sin alma", que protagonizó María Félix.

Su obra obtuvo importantes reconocimientos, como Discos de Oro y de Plata por "Compréndeme", "Tuya" y "Perdí el corazón".

Diplomas por "Ya llegó el vapor", "Si fuera una cualquiera" y otras.

Recibió homenajes en varias ciudades, como en Monterrey, en el Teatro Calderón y en la Macroplaza, en la Explanada de los Héroes. También ha sido reconocida a través de programas de radio y televisión, en todo el país.

María Alma recordaba con mucho cariño todas las muestras de aprecio y simpatía que recibía del público, pero en particular hubo uno que le organizaron los voceadores de México por su canción "El papelerito", que fue tema de una película. En ese homenaje le obsequiaron un reloj de oro que conservó siempre con mucho amor.

Falleció en la plenitud de su vida como cantante y compositora.
Fuente: http://www.sacm.org.mx/archivos/biografias.asp?txtSocio=08064


María Alma

Cantante y compositora de temas como: "Compréndeme", "Tuya soy" y "Perdí el corazón", entre otras. Estuvo casada con el maestro Fernando Z. Maldonado, que fue compositor, arreglista y director de orquesta. Se conocieron en la XEW, en la cual ella formaba parte como una de las artistas fundadoras de la misma estación de radio.
Fuente: https://www.facebook.com/permalink.php?id=425721984141301&story_fbid=425725980807568


De su matrimonio con Fernando Zenaido Maldonado Rivera (Fernando Z. Maldonado) nacieron dos hijas: María Alma y María Mirza, de las cuales Myrza (nombre artístico) se encuentra dedicada a la actividad artística, llevando la canción ranchera y romántica por diferentes partes del mundo como embajadora musical de México.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Z._Maldonado


Maria Alma - Canta sus éxitos


Compréndeme 

Yo quiero que comprendas vida mía

que tu amor y mi amor no pueden ser,
que quiso ser sincera el alma mía
y por no herirte a ti todo callé.

Te tuve una vez muy dentro de mi corazón
y no sé por qué me fui alejando de ti,
perdona mi bien si digo toda la verdad,
la vida es así y debes de comprenderme.

No volverás a escuchar mis palabras de amor,
ya no tendrás el sabor de mis besos,
y quiero desearte hoy que me alejo de ti
que encuentres al fin quién comprenda tu cariño.

domingo, 5 de octubre de 2014

Mon Rivera con Moncho Leña y Los Ases del Ritmo - Más éxitos inolvidables

Mon Rivera
(1924-1978)

En la vida de Mon Rivera, como en los trabalenguas que le hicieron famoso, resuenan los dolores, alegrías, cadencias y carencias del puertorriqueño de mediados del siglo pasado: pobreza, música, béisbol, migración, drogas y olvido.

Mon, cuyo nombre de pila fue Efraín Rivera Castillo, heredó el apodo de su padre Ramón Rivera Alers, hoy recordado como El Viejo Mon Rivera. De él también aprendió los toques y cantos pleneros que años más tarde inmortalizaría junto al timbalero Moncho Leña allá en la ciudad de Nueva York.

Corrían los años treinta y en Mayagüez se vivía la pobreza extrema. El Viejo Mon se ganaba la vida por las calles entonando coros publicitarios para los comercios. Acompañado del pandero, improvisaba y componía letras que retrataban la cotidianidad de su gente. Más allá de su oficio de plenero publicitario, desarrolló un estilo de hacer plena que heredaron sus hijos Efraín e Ismael "Cocolai" Rivera González. Ellos lo seguían por el pueblo y lo acompañaban durante las festividades de Reyes Magos, fecha en que la plena inundaba las calles mayagüezanas.

En su juventud, Efraín combinó el toque del pandero con el swing del bate de béisbol. Jugó con el equipo Las Mesas en la Liga del barrio París en Mayagüez al lado de íconos del deporte como Luis "Canena" Márquez, Jorge "Múcaro" Rosas y Luis "Kimby" Avellanet. Pero llegó el momento de decidir, pudo más la música y Mon optó por irse con su plena a Nueva York a inicios de los años cincuenta.

En la Gran Manzana, Efraín se conviritó definitivamente en el gran Mon Rivera. Cantó con las agrupaciones de Willie Manzano, Jose Cotto, Cholo y su Combo y Luis Quintero. Compartió escenario con Tito Rodríguez, Tito Puente, Machito Grillo y el Combo de Rafael Cortijo. Grabó sus plenas, pero también merengues, guaguancós, mambos y pachangas.

Aún así, fueron las plenas compuestas por su padre en Mayagüez las que lo inmortalizaron en esa etapa junto a Moncho Leña y Los Ases del Ritmo. Agarró temas como El Gallo Espuelérico, El Palo de Pana, Carbón de Palito y Aló quién ñama, les hizo arreglos con vientos e instrumentación de orquesta, y puso a gozar con su plena a los bailadores en Nueva York.

Compartió también en Nueva York con su hermano Cocolai, percusionista y sonero, que formó parte de varias de las agrupaciones en las que Mon cantó la plena que ambos heredaron de su padre.

Ya en los años sesenta Mon y su plena con trombones, bautizada como la Trombanga, eran un referente. Influenció el sonido salsero que se desarrolló a finales de esa década e, incluso, en 1962 La Perfecta de Eddie Palmieri lo acompañó en dos temas de su album Qué Gente Averiguá: Lluvia con Nieve y En Casa de Pepe.

Como tantos otros boricuas, de la banda allá y la banda acá, Mon cayó en el abuso de las drogas. Su trabalenguas no se oyó en tiempos del boom salsero en Nueva York hasta que Willie Colón lo rescató en 1975 con el LP Se chavó el vecindario. Este álbum es considerado por muchos expertos como uno de los mejores de la historia de la salsa y en él se destacaron dos temas: La Humanidad, de don Tite Curet Alonso, y Ya llegó, de Felito Félix.

Mon murió en marzo de 1978 de una hepatitis provocada por sus problemas con las drogas. Su último disco junto a Willie Colón, Forever, salió tras su muerte y no tuvo el impacto del anterior. Desde entonces, han sido muchos los artistas que han enfatizado en la influencia de Mon en sus carreras. Entre ellos, Rubén Blades, quien lo homenajea en su versión de la canción El telefonito, y Oscar D' León, quien en repetidas ocasiones ha hablado sobre su admiración por el mayagüezano. Incluso, la agrupación Los Dislocados, una banda salsera de Ucrania, imita el trabalenguas de Mon en un fragmento de su canción Plena Pa' Tontos.

En Puerto Rico el nombre de Mon Rivera pasa inadvertido para muchos, sus canciones, así como las del Viejo Mon, están fuera de la radio por problemas legales y las imágenes de sus presentaciones en vivo escasean. Aún así, en las fiestas, calles y parrandas, no dejan de escucharse coros como "en el palo de pana vive Juana Morales..." o "la humanidad, qué quiere la humanidad". Y pocos, si alguno, se resisten a bailar cada vez que escuchan aquel coro en trabalenguas que dice: "askarakatakatiskistaskatiskis..."
Fuente: http://www.mayaguezsabeamango.com/los-nuestros/mon-rivera


domingo, 28 de septiembre de 2014

Lydia Fernández - La Cancionera de México

Lydia Fernández
 
En uno de mis acostumbrados recorridos sabatinos por los mercados de la Lagunilla y Tepito, en los que a veces se compran por unos cuantos pesos verdaderos tesoros, me detuve un día en uno de esos bazares donde lo mismo se topa uno con alguna estatuilla de mármol de Carrara, que con unos pantalones zurcidos del trasero y que, con el cuento de que pertenecieron a don Porfirio, se dejan pedir "un ojo de la cara". Ahí, donde son capaces de vender a algún incauto el cráneo de Pancho Villa "cuando era chiquito", encontré algo insospechado.

Desde luego no me refiero a ninguno de esos centenares de artículos de factura extranjera, comúnmente llamados "falluca", que de un tiempo a la fecha han invadido ilícitamente los antes pintorescos, aunque no menos ilícitos, "tianguis" de compra-venta de "chueco"; me refiero, simplemente a un disco de 78 revoluciones por minuto, de aquellos que, con sólo mirarlos feo, se hacían trizas.

"¿Y ése es el tesoro insospechado?", se preguntarán.

LA "COBARDIA" DE LYDIA

Bueno, es que el disco en cuestión no era un disco cualquiera. ¡Había yo adquirido una grabación de Lydia Fernández!

Ella, que nada tiene que ver con Fernando, Ana María y Jorge, del mismo apellido, nació en Guadalajara un 4 de julio. Fue la primera mujer que, como solista, interpretó la música del también tapatío Gonzalo Curiel. ¡Y cómo lo hacía! Su porte distinguido y su cálida voz hacían suspirar a la "chaviza" de los "treintas".

Desafortunadamente, su prematuro retiro impidió que las generaciones posteriores la escucharan y, por lo tanto, que supieran de su calidad artística. De ahí la importancia de poseer esa joya con dos de sus primeras grabaciones, "Mírame a los ojos" y "Cobardía", que en la actualidad son piezas codiciadas por melómanos y coleccionistas.


Pasado algún tiempo conocí a Lydia Fernández, y fue así que Lydia me habló:

¡PRESENTANOS A TU DIVA!

"Radicaba yo en Mérida cuando, en 1936, llegó a esa ciudad Gonzalo Curiel con su orquesta, contratado para tocar en los bailes de carnaval. Siempre había querido conocerlo y ahí se cumplió mi deseo cuando fui presentada a él, por Alonso López Méndez, hermano del vate Ricardo."

"En esa época yo cantaba en una radiodifusora local. Mis compañeros eran Teté Cuevas, José Gamboa Ceballos, Alvarito, Pepe Domínguez y Rosa María Alam. Bastó la invitación de Curiel a debutar en la capital, para emprender el viaje llena de ilusiones".

"En el barco en que viajábamos venían también 'Las Cantadoras del Bajío', dueto formado por María Luisa López y Manolita Arreola. Recuerdo, a propósito, que esta última le dijo a Chalo con cierta sorna: '¡Oye, preséntanos a tu diva!', pero yo, inexperta por lo menos más que ella, no supe si su expresión fue de simpatía o de burla."

EL ESTRENO DE ANOCHE

"Ya aquí en el Distrito Federal, hubieron de pasar cerca de tres meses para recibir mi primer contrato".

"Cuando estaba pensando que lo mejor sería regresa a La Tierra del Faisán y del Venado, fui llamada para sustituir a Ana María González en el Teatro Follies. Bajo la protección de Curiel y de don Pepe Fustemberg, debuté con gran éxito estrenando 'Caminos de Ayer' y 'Anoche', en revistas montadas especialmente para mí. Las estrellas del teatro eran Don Catarino, Manuel Medel y Cantinflas. El resto del elenco lo completaban Paquita Estrada, Chelo Gómez y un trío excéntrico-musical constituido por Míster Lee, Santos y Alicia. La dirección musical estaba a cargo de don Mario Ruiz Suárez, padre del conocido compositor Mario Ruiz Armengol."

TRES "CUARTOS" CON FOCOS LUXO
"No había tanscurrido ni una semana de mi presentación en el teatro, cuando ya me encontraba trabajando también en XEW, que era el sueño dorado de todos los artistas. Con el sobrenombre de 'La Cancionera de México', fui bautizada por Arturo de Córdoba, cuando era un novel locutor radiofónico."


"El programa pasaba tres veces por semana, con duración de un cuarto de hora y patrocinaba Focos Luxo."

PERDIO LA VEREDA

"Casi simultáneamente empecé a grabar en la Peerless, bajo la dirección de Guillermo Kornhausser. El estudio era un garage rudimentariamente acondicionado con un tapetito y dos micrófonos; las paredes forradas con ayates, a manera de material acústico, completaban el equipo."


"Pero lo curioso del caso es que en dos semanas había hecho radio, teatro, grabaciones y centro nocturnos, pues a unos cuantos días de distancia, Don Vicente Miranda me llevó a 'El Retiro', un cabaret muy famoso ubicado frente al toreo, de la colonia Condesa. Ahí canté con la orquesta de Adolfo Girón y con 'Raulito, el Cartero del Aire'. También estuve una larga temporada en el 'Tap Room' del Hotel Reforma."


"Durante una gira que realizaba por Tamaulipas, fui buscada por Gonzalo Curiel para hacer el doblaje de 'Vereda Tropical', que 'cantaría' Esther Fernández en la película Hombres de mar. Al no ser localizada por ningún lado se puso en contacto con Lupita Palomera para que interpretara la canción que yo había estrenado. Y por cosas del destino, fue Lupita y no yo, la que inmortalizó esa bella melodía."

"A fin de cuentas, sólo me inquieta una cosa... ¡Hasta dónde hubiera podido llegar de no haberme retirado tanto tiempo? Porque como mujer creo estar plenamente realizada, pero ¿como artista?"


Lydia Fernández ha cumplido 50 años de cantante profesional, ha realizado varios discos de larga duración, sigue haciendo presentaciones esporádicas en televisión, centros nocturnos y XEW, la estación que le dio la bienvenida en 1937 y en la que no la olvidamos nunca.

Por HECTOR MADERA FERRON






Acerca de Lydia Fernández:

"Esta cantante nació en la ciudad de Guadalajara y según Pablo Dueñas en su libro Bolero: Historia documental y gráfica, ella tenía una potente y original voz. Logró que el compositor de moda, en aquellos tiempos, el también tapatío Gonzalo Curiel la incluyera en sus programas radiofónicos de la naciente emisora XEW. A Lydia Fernández le decían la Cancionera de México. Falleció a mediados de los años noventa."
Fuente: http://elcuerpoaguanteradio.blogspot.mx/2011/06/menu-para-el-programa-del-viernes-10-de.html

domingo, 21 de septiembre de 2014

Los Socios del Ritmo - El pregonero de Campeche


Temas:
01. No, no quiero que me dejes
02. Juntos
03. Ya llegamos al final
04. Tonchin
05. El cuchillito
06. El pregonero de Campeche
07. Te vi partir
08. El muñeco de la ciudad
09. Patty
10. Llévame contigo
 

domingo, 14 de septiembre de 2014

Mariachi Garibaldi - 16 Cumbias Famosas con Mariachi

Celebrando las fiestas patrias con nuestro mariachi...


Temas:
01 La gota fría
02 El viejo del sombrerón
03 El africano
04 A mover la colita
05 La pava congona
06 Ay Chave
07 Cumbiamberita
08 Maruja
09 Se me perdió la cadenita
10 Las velas encendidas
11 La negra caliente
12 Cumbia del Caribe
13 La burrita
14 Morenita
15 La Zenaida
16 La chichera
 

 Mariachis - GIFMANIA

domingo, 31 de agosto de 2014

Pablo Atuesta y Los Concertistas del Vallenato - Su nuevo estilo Cumbias, paseos, sones menores...



Temas:
01 Colegiala, eres mi amor (Pablo Atuesta)
02 Olor a café (Isaac Villanueva)
03 Johana (Pablo Atuesta)
04 Tristeza (Pablo Atuesta)
05 Mentiras (Pablo Atuesta)
06 Vil coqueta (Miguel Antonio Ulloa)
07 Ojos de miel (Pablo Atuesta)
08 La otra eres tú (Rodrigo Escobar)
09 Mujer sufrida (Hermes Rosado)
10 No sé por qué (José Henry Ortiz