La Música Tropical: Patrimonio cultural intangible de la humanidad


La Música Tropical: Nuestro Patrimonio Músico-Cultural

lunes, 29 de febrero de 2016

Los Primeritos de Colombia - 100% Colombianos de Corazón!


Temas:
01 El color de la cumbia
02 Acordeón en guararé
03 Tú serás mi cumbia, yo tu mapalé
04 Oye
05 Sirena encantada
06 Noche de estrellas
07 Petronita
08 Cumbia de la zorra
09 Plánchame la ropa
10 El ombligo de Isabel
11 Besito robado
12 Homenaje a Andrés Landero

Homenaje a Andrés Landero

Los Trovadores de Barú

 Los Trovadores de Barú

Una agrupación pequeña, pero muy sonora, que aún se escucha en los momentos festivos.

La mayoría de sus integrantes, lo mismo que su director, hicieron parte de la Orquesta Emisora Fuentes de Cartagena. Una tarde de mayo de 1946, Toño Fuentes requirió en su oficina al músico momposino Juan Esquivel, balbuceante compositor, sobresaliente arreglista, brillante instrumentista del saxofón y el clarinete y respetado director. Esas cualidades personificadas en el novel artista, le permitieron liderar lo que el magnate del disco tenía en mente: conformar una agrupación pequeña, pero con un sonido impecable, limpio, para que hiciera de los ritmos tropicales de Colombia unas llamativas grabaciones que tuvieran alcance internacional. Y así fue, la historia lo ha ratificado.

Para ese nuevo propósito de Toño Fuentes nada estaba lejos. Simplemente Juancho Esquivel, como siempre se le conoció en el medio musical, tenía que echar mano de aquellos músicos que conocía perfectamente en la orquesta grande que dirigía. Sin pensarlo dos veces, llamó a Clímaco Sarmiento (saxo y clarinete), José M. Crizón (bajo), Fernando Porto (percusión), Remberto Brú (cantante) y Carlos Gómez (corista). El mismo Toño Fuentes, con su guitarra hawaiana, hizo parte del elenco inicial, al que se agregaron Simón Mendoza (trompeta) y Efraín Torres (guitarra acompañante).

Esa agrupación de experimentados músico necesitaba, claro, de un nombre. Los ideales artísticos de su director y el sentido comercial del empresario gestor coincidieron. Nacieron “Los Trovadores de Barú”. La poesía evocadora de los trovadores, convertida en música para este caso, tenía que llegar al alma, así fuera nativa del trópico. Pero faltaba el complemento natural, aquel que implementara lo espacial. Barú, una isla al frente de Cartagena como una prolongación continental, fue una excelente elección. De este modo, su eufónico nombre estuvo a la medida con los sonidos salidos de su instrumentación.

Los Trovadores de Barú, así, se hicieron conocer mediante el vals “Tristezas del alma”, notable composición del arjonero Lucho Rodríguez Moreno, que mantuvo guardado, desde 1928, hasta encontrar la agrupación perfecta para su sutil interpretación, aún latente en el corazón de los acumuladores de experiencias que lo han bailado y tarareado desde su niñez, cuando en los matrimonios de la región los desposados eran recibidos con las notas de tan especial página romántica.

En esa primera grabación del grupo, año de 1946, se logra apreciar la maestría de Juancho Esquivel para orquestar. Dos clarinetistas, Clímaco Sarmiento y el propio Esquivel, hicieron una interpretación de lujo. De esos clarines y de la guitarra eléctrica de Toño Fuentes, más la melódica trompeta de Simón Mendoza en el intermedio de la pieza, se plasmó la maravillosa armonía de unos músicos sensibles a su arte, “tocados” por el Dios de la estética. Una metáfora desde lo tórrido hacia ese ritmo alemán.

El aporte de tres estrellas

Año de 1947. Aparece en la escena Guillermo Buitrago, un joven cantante, guitarrista y compositor cienaguero que, desde 1944, alcanzó a expandir su popularidad a nivel regional cuando se instaló en Barranquilla después de haber recorrido por ciudades y pueblos del Caribe. En esta ciudad fue artista exclusivo de Emisora Atlántico, estación radial donde se presentaba en vivo y también les programaban sus discos, como “La varita e’ caña”, “El negro Mendo”, “Los panderos de Riofrío” y “Petra la pelúa”, principalmente.

Al conocer Toño Fuentes el potencial artístico de “El Jilguero de la Sierra Nevada”, no vaciló en llevárselo para Cartagena, pues su empresa ya estaba acondicionada para el proceso completo de grabación, permitiéndole llevar al acetato su música con el trío conocido con el nombre de Guillermo Buitrago y sus Muchachos, lo mismo que con Los Trovadores de Barú. Con este último conjunto, brilló con su acostumbrado carisma. Su voz, suave como el terciopelo, y con un dejo nasal entre lo andino y lo caribeño, muy nodal en su carrera, se acopló fácilmente a los dirigidos por Juancho Esquivel.

Y manos a la obra. Inmediatamente, se dejó escuchar a los colombianos “Víspera de Año Nuevo”, un merengue de Tobías Enrique Pumarejo que antes había grabado, sin éxito, la orquesta del argentino Eduardo Armani. Con este tema, Guillermo Buitrago puso a bailar a todo el mundo. Fue la locura. Desde ese diciembre, hasta el presente, ha venido imponiéndose en los días navideños.

“La víspera de Año Nuevo/
estando la noche serena/
mi familia quedó con duelo/
yo gozando a mi morena/
te vengo a felicitar/
con el cuerpo y con el alma/
Año Nuevo lo quiero pasar/
contigo allá en la sabana”.

Luego vinieron “Grito vagabundo” (paseo), “El amor de Claudia” (paseo), “La piña madura” (mapalé), “Qué criterio” (paseo, originalmente conocido como “La gota fría”) y “El testamento” (paseo). Las grabaciones de Guillermo Buitrago con Los Trovadores de Barú ampliaron la cobertura musical del grupo. Tanta era su calidad, que acompañó a cantantes solistas, duetos y tríos que llegaban contratados a Cartagena y Medellín, o que estaban radicados en esas ciudades.

Grito vagabundo - Guillermo Buitrago y Los Trovadores de Barú

Después de ese resonante trabajo con el ídolo cienaguero, el turno le correspondió al maestro de maestros José Barros, figura creativa de nuestras lides musicales hasta el pasado reciente. Con bastante experiencia como compositor y cantante en Argentina, México, Perú y Colombia, sobre todo en tangos y rancheras, accedió al disco con Los Trovadores de Barú entre 1947 y 1953. En este último año, la agrupación nacida en Cartagena tuvo su final, apareciendo hasta mediados de 1956 Los Piratas de Bocachica, que eran los mismos Trovadores, pero enfatizando más en los dos clarinetes. Una nueva idea de Toño Fuentes, con sabor monetario, para aparentar una competencia, así como lo han hecho muchas empresas multinacionales con sus productos de masivo consumo.

Las primeras grabaciones de José Barros con Los Trovadores de Barú fueron “El vaquero” (porro), “Momposina” (porro), “La tanga chata” (porro) “No me dejes esperando” (son) y “La pava” (paseo), en el año de 1947. Los dos primeros números, los popularizó internacionalmente Nelson Pinedo con La Sonora Matancera, en los que se patentizó la gratificante lírica del banqueño en sus composiciones:

El vaquero -  José Barros y Los Trovadores de Barú

“El vaquero va cantando una tonada/
en la tarde va muriéndose en el río/
con el recuerdo triste de su amada/
lleva su corazón lleno de frío”.

En igual sentido:

“Mi vida está pendiente de una rosa/
porque es hermosa/
y aunque tenga espinas/
me la voy a llevar a mi casita/
porque es bonita/
mi rosa momposina”.

Dos años más tarde, les siguieron “Mi tesoro” (porro), “Arbolito de navidad” (merengue) y “El chupaflor” (paseo), tema al que Jaime Rico Salazar considera que su título original es “El picaflor”, además de aparecer en otras producciones como “Te llevo pa’ Magangué”.

El chupaflor (Te llevo a Magangué) - José Barros y Los Trovadores de Barú

La cadena de discos continuó, de 1949 a 1953, con “La plateña”, paseo de Rafael Escalona, “Mi tesoro” (porro), “Luna, lucero y noche” (merengue), “De que te quiero, te quiero” (merengue), “Caballito melao” (paseo) y “Navidad negra” (cumbia). Otros temas aparecen acompañados por Los Piratas de Bocachica, entre los que podemos destacar “El negro maluco”, porro dedicado a Abel Antonio Villa ante una divergencia surgida por motivos profesionales, “Llora corazón” (porro) y “Me voy de la vida” (paseo). Esta detallada discografía aparece recopilada en el Cd. “Recordando los éxitos originales de José Barros” (D 11681, año 2007), editado por Discos Fuentes.

Navidad negra - José Barros y Los Trovadores de Barú


Otra estrella del firmamento musical colombiano que le dio lustre a Los Trovadores de Barú fue Tito Cortés. Siendo apenas un cantante y guitarrista de afición, seguidor de Daniel Santos, fue impulsado por José Barros para que se hiciera un profesional de la música. La mano que le tendió lo llevó hasta el sello Fuentes, empresa donde le abrieron sus puertas ante semejante padrino. Aquella tarde futbolera, en la que el tumaqueño fungía de deportista, y que en un momento de descanso cantó a capela, siendo escuchado por el gran compositor banqueño, fue el inicio de la vertiginosa carrera del moreno del litoral Pacífico.


Año de 1952. José Barros le entregó a Juancho Esquivel varias de sus composiciones para que se las arreglara a Tito Cortés. En ese paquete se hallaba el bolero “Carnaval”, grabado cinco años atrás por Marfil y Paredes, en Buenos Aires, sin ninguna trascendencia. El pasillo “Dos claveles”, también conocido como “Clavelito rojo”, hizo parte de esas canciones seleccionadas por el prolífico y versátil compositor.

Con esos dos temas, Colombia le aportó al mundo hispánico un cantante de categoría. En los más remotos rincones del país, se escuchaban sus mensajes sonoros:

Carnaval - Tito Cortés y Los Trovadores de Barú


“Qué me importa si tienes amores/
que me quieras no es obligación/
estoy pronto a sufrir los rigores/
que me brinda la negra traición/
lo sabrás porque yo te lo digo/
que yo quiero y también sé olvidar/
no lamento este amor ya perdido/
que en mis noches yo supe soñar”.

De la misma manera, en el festejo fervoroso de El Día de las Madres, es un signo de reverencia cantarle a ese ser querido las notas y la lírica de tan bello y significativo
pasillo:

“Ay clavelito rojo/
que llevo aquí en el pecho/
vas pregonando amores/
amores maternales/
yo te llevaré siempre/
en el fondo de mi vida/
como un recuerdo santo/
de mi madre querida/
mi pecho lanza un grito/
y al cielo una mirada/
para pedirle a Cristo/
Cristo bendito Dios/
no te lleves mi madre/
mi madrecita buena/
mi madrecita santa/que mitiga mis penas”.

A esas dos páginas románticas, se les sumaron otras no menos importantes del cancionero colombiano, como “Eres tú” (pasillo de Juancho Esquivel), “Como las olas” (pasillo de Daniel Lemaitre) y “Amor y llanto” y “Ruego de amor”, pasillos de José Barros. Merece también la atención el bolero “Abandonado”, escrito por Joaquín “El Negro” Mora, argentino que tuvo la oportunidad de participar en las grabaciones ya descritas ejecutando el bandoneón, instrumento con el que realzó melódicamente esas piezas al darle un toque sureño que tanto ha gustado por estas tierras.

De esa buena cosecha de Tito Cortés con Los Trovadores de Barú, no pueden ser ignorados los currulaos “Buenaventura” y “Linda porteña”, distinciones autorales de Petronio Álvarez. Así mismo, “Casandra” (merengue) y “Navidad negra” (cumbia), de la prodigiosa pluma de José Barros, todos ellos contenidos en el Lp.” Ruego de amor” ( Discos Fuentes 300176).

Navidad negra - Tito Cortés y Los Trovadores de Barú


En fin, con Guillermo Buitrago, José Barros y Tito Cortés, la notoriedad de Los Trovadores de Barú aumentó con creces. Ídolos indiscutibles del patio, sus grandezas musicales todavía rompen el silencio de la cotidianidad. Sobre todo, en fechas tan íntimamente

La controvertida múcura

En 1948 quedó impreso en el disco el porro “La múcura”, por parte de Los Trovadores de Barú, vocalizado por Remberto Brú, líder de la agrupación en sus presentaciones personales dentro y fuera del país, ya que el prestigio ganado con su música les hizo visitar a Venezuela y Panamá. Con semejante grabación, una de las más conocidas en el mundo, surgieron muchas polémicas. Primero, sobre sus intérpretes, y, segundo, sobre su verdadero compositor. Vayamos a lo inicial. Desde un principio, hasta 1998, cuando aparece el Cd. “Historia del Vallenato en el Siglo XX”, Vol. 1 (J00006ADD), en los créditos aparecen Los Trovadores de Barú con el Trío Nacional.

La múcura - Los Trovadores de Barú con el Trío Nacional


Efectivamente, ese trío existió. Estuvo compuesto por Bob Toledo (vocalista), Juancho Esquivel (saxo y clarinete) y Alfonso Jiménez Puello, locutor y poeta cartagenero, en el piano. Lógicamente, Juancho Esquivel estuvo en la grabación como clarinetista, director y arreglista. Pero Bob Toledo y Alfonso Jiménez, no. Entonces, ¿por qué aparece allí el Trío Nacional? ¡Sabrá Dios!

Sobre “La múcura”, el más espinoso caso es el de su autoría. Cito textualmente a Rosario Fuentes, hija del reconocido autor ante la ley: “En una reunión, en su casa llena de amigos y por consiguiente de músicos –que no le podían faltar-, compuso ‘La múcura’. Tenía una tinaja de barro –que en Cartagena llaman múcura- y la estaban llenando de trago. Al intentar levantarla, como estaba tan pesada, Antonio Fuentes dijo ‘ay mamá, no puedo con ella’… Y con guitarra en mano le fue creando la melodía. Así compuso Toño la famosísima ‘Múcura’, la que recorrió el mundo entero” (Fuente: Colombia Musical. Una historia… Una empresa, pág. 33).

Pero, de todos es sabido, que Crescencio Salcedo siempre se abrogó su autoría. Hasta antes de morir, se consideró el creador de ese inmortal porro. Pero muchos críticos pusieron en duda su paternidad porque “El Compae Mochila” le dio un zarpazo al paseo “Se marchitaron las flores”, de Andrés Paz Barros, interpretado por Guillermo Buitrago.

En efecto, cito textualmente al músico soledeño Marcial Marchena Marín: “En una ocasión llegó Crescencio Salcedo a mi casa y yo le arrendé una pieza. Cualquier día de 1942 me solicitó que le escribiera una melodía y yo acepté. La pasé al pentagrama como él me la cantó y a la postre resultó con el nombre de ‘Mi cafetal’, o sea que Crescencio montó dicha letra en la melodía de Paz Barros” (Fuente: José I. Pinilla A. Cultores de la música colombiana, pág. 380).

Se ha dicho, por otro lado, más que todo por folcloristas, que esa importante pieza musical se cantaba, desde tiempos inmemoriales, por los habitantes ribereños del Magdalena, vasta zona del Caribe donde siempre ha brotado la imaginación para cantarle a la vida y su entorno. Por ser muy delicado este tema, no conozco, hasta el día de hoy, un documento investigativo que demuestre esta hipótesis con credibilidad.

Los hechos narrados han servido para hacer más pesada la múcura.

“La múcura está en el suelo/
ay mamá no puedo con ella/
me la llevo a la cabeza/
ay mamá no puedo con ella/
la múcura está en el suelo/
ay mamá no puedo con ella/
me la llevo a la cintura/
ay mamá no puedo con ella”.

Por último, falta anotar lo sucedido con Bobby Capó, gran cantante y destacado compositor, pero también tildado de usurpar la autoría de canciones que no eran suyas. Y ahí salta nuevamente la bendita “Múcura”. Al grabar este tema como porro guaracha en 1949, acompañado por la Orquesta de Avelino Muñoz, con los arreglos de este mismo músico panameño, apareció como autor el cantante boricua. Y allí fue Troya. Al sentirse afectado en sus derechos autorales, Toño Fuentes interpuso la querella jurídica del caso, de la que salió favorecido con una abultada indemnización.

Ante este álgido hecho, a Pacho Galán le brotó su genialidad como compositor dando a conocer un porro titulado “Se robaron la múcura”, grabado por Olguita Fuentes con la Orquesta Emisora Atlántico Jazz Band, y que ahora recordamos apartes de su letra:

“Dónde está la múcura/
dónde está que no la veo/
ya se la robaron/
eso si que no lo creo/
la rompieron/
la rompieron/
porque no podían con ella”.
Fuente: por Arnold Tejeda Valencia, La Lira No. 19.

sábado, 20 de febrero de 2016

Don Medardo y sus Players - Suena Medardo


Don Medardo y sus Players

La Orquesta Don Medardo y sus Players surge en 1967, irrumpiendo musicalmente en toda la sociedad ecuatoriana y proyectándose en el ambiente artístico internacional, marcando un hito insuperable dentro de la historia de las orquestas nacionales con noventa y cinco trabajos discográficos, un verdadero récord de grabaciones en Ecuador y Latinoamérica, con innumerables giras internacionales por varios países de América y Europa.

Es así que el once de noviembre del sesenta y siete el maestro Medardo decide formar por primera vez una orquesta distinta a las anteriores bautizándola con su nombre, Don Medardo y sus Player´s; y, con Gustavo Velásquez como vocalista, la joven agrupación musical causó furor en el ambiente musical ecuatoriano de la época, comenzando a grabar dos long plays por año para satisfacción de su público y fanaticada.


El éxito de las grabaciones ha sido la constante de la orquesta, temas ecuatorianos como “El Aguacerito”, “Me voy pa’ mi pueblo”, “Cumbia Chonera”, “Mamporera Ecuatoriana”, “Mosaico Manabita”, etc., han constituido record en ventas. Solamente con el éxito alcanzado con el tema “El Aguacerito” grabado en 1973 la orquesta se hizo acreedora al Disco de Oro por la compañía discográfica Remo Records de la ciudad de Nueva York y Disco de Platino por la empresa fonográfica Fadisa del Ecuador al haber obtenido record de ventas en el mercado nacional.

La orquesta Don Medardo y sus Player´s se ha hecho acreedora durante su trayectoria artística a innumerables reconocimientos de Honor al Mérito, trofeos, medallas, diplomas y otros galardones en los diferentes países que ha visitado, otorgados por las diferentes instituciones nacionales e internacionales.


En el año de 1974, Don Medardo decide incluir metales en la orquesta (trompetas y trombones) dándole un giro a la agrupación y convirtiéndola en la tremenda orquesta que creció en popularidad siendo la preferida en todos los rincones de la patria y del exterior.

EL CLAN LUZURIAGA

A partir del año 1978, la nueva generación Luzuriaga comienza a integrar la orquesta: Miguel Ángel Luzuriaga Zurita a los dieciséis años de edad ingresa tocando el saxofón y clarinete. En el año de 1979 ingresa a la orquesta Marcelo Luzuriaga Zurita (El Maestro) tocando trombón y convirtiéndose luego en cantante principal. En 1980 ingresa Mauricio A. Luzuriaga Zurita a sus catorce años de edad tocando el bongó, güiro y campana, y en el transcurso de un año catalogándose como el rey de los timbales y la batería.

En la actualidad contamos con el valioso aporte de Daniel Luzuriaga Vera (hijo de Mauricio), convirtiéndose así en la tercera generación de esta familia de artistas ecuatorianos. Cabe mencionar que todos los hermanos que forman el Clan Luzuriaga tienen la virtud de ser polifacéticos en la música al interpretar diferentes instrumentos musicales, todos ellos formados en el Conservatorio Nacional de Música de Quito, lo que hace de la orquesta “Don Medardo y sus Player´s” la primerísima del Ecuador por su profesionalismo, e interpretando en vivo los diferentes ritmos tropicales, nacionales e internacionales.


La orquesta se siente complacida de haber compartido durante su trayectoria artística con prestigiosos artistas, músicos, cantantes y arreglistas musicales a quienes brinda merecido reconocimiento por su valiosa participación a lo largo de estas cuatro décadas de trabajo, arte y superación.

A los cantantes:

Gustavo Velásquez, extraordinario cantante ecuatoriano, multifacético y fundador de la orquesta. Kiko Fuentes (Perú); Joe Arroyo (Colombia), May González (Colombia), a nuestro querido y recordado Pepe Reyes, Edgar “Cepillín” Barragán, Marcelo Peñaherrera, Fernando “Chévere” Zubiría, Fabián Mendoza, Cristian Silverio, Gerardo Espinoza, Erick Ibarra…

A los músicos:

Lucho Gordón (saxofonista, fundador), Hernán Martínez (percusionista, fundador), Jorge Valarezo (percusionista, fundador), Alfredito Linares (pianista-Perú), Guillermo Lasso (saxofonista-Colombia), Roberto Rojas (trompetista-Perú), Fabián Ortiz (bajista y pianista), Mauricio Flores (trompetista); y, al Dr. Rodrigo Saltos “El Gato”, por su valioso aporte en las grabaciones de música ecuatoriana.

Y a los arreglistas musicales:

Andrés de Colbert (Perú) y Enrique Aguilar (Colombia), estos dos gigantes de la música latinoamericana, quienes con su talento y virtuosismo enriquecieron la trayectoria musical de nuestra orquesta. Que Dios los tenga en su Gloria.
Fuente: página en Facebook de Don Medardo y sus Players.

Don Medardo y sus Players - Suena Medardo
 (imagen referencial)

Temas:
01 Cumbia chonera
02 La colegiala
03 La novia
04 La revancha
05 Amargo y dulce
06 Sin sangre en las venas
07 La casa de Fernando
08 La misma vaina
09 Remolinos
10 Vagabundo
11 Adonai
12 Dale al bombo
13 Imelda
14 Beso a beso
15 Salvemos nuestro amor

Dale al bombo

http://memoriatropical.fororama.com/

lunes, 15 de febrero de 2016

Combo Los Galleros - Combo Los Galleros


Combo Los Galleros

Una de las más importantes épocas doradas en Discos Fuentes se vivió durante la década de los sesenta. Orquestas como La Sonora Dinamita, Los Corraleros de Majagual y muchas otras se imponían internacionalmente y también se ensayaban nuevas construcciones orquestales que de la mano del folclor costeño también triunfaron y conquistaron el corazón de multitudinarios públicos. Uno de ellos fue el Combo Los Galleros, que pisó fuerte en los peldaños de la fama con su primera producción musical de 1963.

Para algunos de los que participaron en la creación de estas nuevas formaciones orquestales, el Combo Los Galleros fue un subproducto de Los Corraleros de Majagual, en el cual participaron activamente artistas de la talla de Julián Díaz, Abraham Núñez y Kike Bonfante.

La historia escrita también refiere que a ellos se les unió el compositor Antolín Lenes, el también compositor, instrumentista e intérprete Pablo Flórez y la inigualable voz de la invidente Lucy González, de quien se cuenta inició sus primeras grabaciones en las filas de esta agrupación. Estos tres últimos artistas, se convertirían en la base principal de otra importante agrupación, La Sonora Cienaguera.

Antolín Lenes

Antolín Lenes, nació en Cienaga de Oro y gozó de inmensa popularidad, gracias a éxitos como Sonia, Las vueltas de Pello y Roberto Ruiz. Murió el 17 de abril de 1976. La voz de Lucy González -La Cieguita-, fue el complemento ideal para el éxito de sus producciones.

Pablo Flórez

Pablo Flórez, compositor e intérprete conocido como El Poeta del Sinú, nació en Ciénaga de Oro, en 1927.

Sus actividades artísticas las inició en orquestas de Sincelejo y Montería como baterista. Luego trabajó como percusionista en Discos Fuentes y grabó con Pedro Laza y sus Pelayeros, con Francisco Zumaqué, con La Sonora Cordobesa y con los Hermanos Martelo.

Brilló como compositor gracias a éxitos como Tan lejos de ti, La aventurera, Los sabores del porro, La muerte de María Varilla, Tres clarinetes, Ojos turcos, Rosas de la tarde, El entierro de Pablo Flórez, y El dolor de María.

En 1963 grabó, como intérprete, para La Sonora Cienaguera y para el Combo Los Galleros. Falleció en 2011.

Lucy González

Lucy González, como artísticamente se le conoció, fue una de las grandes intérpretes del folclor costeño. Oriunda de Ciénaga de Oro, nació el 14 de septiembre de 1933.

Su debut como cantante lo hizo a los trece años en esta agrupación. En su repertorio cabe destacar temas como La tabaquera, Sonia, La aventurera, La ciroma, El tabaco mascao y El polvorete –por el éxito de este tema se le impuso el título de La Reina del Polvorete–.

También llamada La Ciega de Oro, en el radio teatro de Radio Libertad y en diferentes escenarios de Barranquilla, Lucy González hizo presencia demostrando sus dotes artísticas. Lo que Dios le quitó en visión se lo dió en la voz.

Lucy González Bedoya, falleció a los 69 años de edad y con ella se fue una voz visionaria a pesar de su invidencia natural.

El Combo Los Galleros lanzó su primera producción musical en 1963 y en el mismo año presentó un segundo álbum musical. Los repertorios estuvieron protagonizados por inolvidables gaitas, cumbias, merengues, fandangos, porros; en síntesis, todo lo grande del folclor tropical de la costa Atlántica colombiana. Para 1964 incursionaron en la producción de mosaicos, también en la línea tropical, y con estas tres producciones se posicionaron como un grupo de verdadera jerarquía en el universo del folclor costeño.
Fuente: Discos Fuentes

Combo Los Galleros – Combo Los Galleros

Temas:
01 Tabaco mascao   
02 Compae Rafa   
03 Pa' que te piques   
04 Trago doble   
05 Palo prieto   
06 Maria Marzola   
07 Suena la timba   
08 Vamos a la playa   
09 El negro Mestra   
10 Porro viejo   
11 El brujo   
12 Juan Almanza

 Tabaco mascao

lunes, 8 de febrero de 2016

La cañaguatera, historia de la obra máxima de Isaac Carrillo


El maestro Isaac Carrillo y su paseo cumbre en el vallenato
 "En El Cañaguate está su martirio"


 "¡Claro que es real, y la mujer está viva!", exclama Isaac Carrillo 'Tijito', con el tono subido y los ojos abiertos. Dice él que la historia de La cañaguatera -su paseo cumbre en la música vallenata- es real y que se la compuso a una muchacha de baja estatura, bella y sensual que vivía en El Cañaguate, tradicional barrio de Valledupar, entonces perteneciente al Viejo Magdalena.

"Se llama Dubis Guillén, y en aquellos tiempos en los que fui atrapado por sus encantos, tenía una luenga cabellera cual cascada de azabache", recuerda el menudo compositor guajiro con pausa, como escogiendo cada una de las palabras.

Agrega que tuvo un amorío con ella, por allá a comienzos de 1967. Un año después, sin explicación ninguna, la mujer se marchó a Venezuela y 'lo dejó viendo un chispero'. Tardó varios años para volver a saber de ella.

"Me dejó adolorido, pues la verdad yo estaba lo que se dice 'encoñado' y tenía la firme intención de establecer una relación seria con ella, que era madre soltera en esa época. En todo caso, su recuerdo me inspiró a componerle La cañaguatera, en 1968".

Por esos días, Alfredo Gutiérrez, a la sazón la gran figura del acordeón del país, llegó a Valledupar, y 'Tijito' lo buscó, lo encontró y le mostró la canción.

"Vea maestro, aquí tiene este numerito. Mire a ver si le gusta", le dijo.

Al cabo de unas semanas el tema salió a la luz y se convirtió en éxito. Todavía es la hora que suena y sigue cautivando a las nuevas generaciones.




¿Y qué pasó con Dubis?

Casi un lustro después, Dubis Guillén, La cañaguatera, regresó al Valle, y habló durante algunos minutos con 'Tijito'. Le dijo que se sentía halagada por la canción, que estaba comprometida. Se despidieron. Nunca más han vuelto a verse.

La obra de Isaac Carrillo está condensada en un centenar de canciones, pero aclara que su tema bandera es La cañaguatera.

Le han hecho varias versiones, entre las que destacan las de Eliseo Herrera con Los Corraleros de Majagual, y la de Carlos Vives con La Provincia.

De la autoría de Carrillo sobresalen Diez de enero, también interpretado por Alfredo Gutiérrez; Negrita linda, por Diomedes Díaz; Los guayabales, por Poncho Zuleta; De flor en flor, por Jorge Oñate, y Las mujeres, por Iván Villazón.

Isaac Carrillo vive en unión lire con una arjonera llamada María Eugenia Vásquez. "Ella es divorciada, con dos hijos, y yo soy divorciado, con 10. Subsisto de una pensión de Sayco y de un vehículo que realiza volteo de carbón. Sigo componiendo con el mismo entusiasmo del primer día", agrega.

En la música vallenata no puede faltar La cañaguatera. Es un paseo que trascendió por su historia, por su cadencia y por los bajos del acordeón.

La letra de ese alegre paseo.

Te juro que yo sin ti
estoy acabao,
como estoy enamorao
te alejas de mi.
(bis)

A pesar de que eres buena
me dejas por pobre,
como soy un hombre noble
yo sufro las penas.
(bis)


Coro:
En el Cañaguate
está mi martirio,
(bis)
negra por qué me olvidaste
si yo no te olvido.
(bis)


No dejes que yo me muera
diciendo tu nombre,
porque las cañaguateras
matan a los hombres.
(bis)

Cómo sufro yo me quejo,
tu amor me condena
cuando cruces la frontera
y te marches lejos.
(bis)

Coro:
Qué pena tan grande
perdí la razón,
(bis)
porque allá en el Cañaguate
dejé el corazón
(bis)

¿Y qué es el cañaguate?


Así como el Matarratón lo es para Barranquilla, el Cañaguate es el árbol insigne de Valledupar. Está intrínsecamente ligado al diario vivir de los ciudadanos. Su tronco es recto, delgado y fuerte. Sus flores amarillas que despliega en el verano constituyen sus principales características.

El fruto del Cañaguate es una vaina larga y enroscada en la que vienen las semillas. Es un árbol que es devastado por el hombre para la fabricación de muebles.

En su honor se fundó, en el Valle, El Cañaguate, uno de los barrios de mayor tradición. Está ubicado en el centro de la ciudad, cerca de la Plaza Principal.


Para recordar

'Tijito' se considera un vallenato por adopción. Isaac Carrillo nació en San Juan del Cesar el 3 de julio de 1937. Vivió ahí hasta los 27 años. Lleva casi medio siglo residiendo en Valledupar.
 
"Entre las joyas del folklor vallenato no puede faltar 'La cañaguatera' de Isaac Carrillo", Julio Oñate.

"Isaac Carrillo le llevó 'La cañaguatera' a Alfredo Gutiérrez, en 1968, atraído por su fama de gran acordeonero".

"Esa es una canción infaltable en mi repertorio. Casi siempre la interpreto en el inicio de mis conciertos". Alfredo Gutiérrez.

Según 'Tijito', nadie ha cantado mejor 'La cañaguatera' que Alfredo Gutiérrez. "Su vocalización es única".

El Long Play original. La cañaguatera le dió el título a la segunda producción discográfica de Alfredo Gutiérrez en el sello Costeño de Codiscos. Salió al mercado en el segundo semestre de 1968. El LP incluyó 12 canciones. Para los coleccionistas musicales este es un disco de inmenso valor.

Peter Manjarrés cantó en vivo 'La cañaguatera'. Ocurrió en una discoteca en Bogotá, y lo acompañó Alfredo Gutiérrez con su acordeón. Los dos se sobraron. El video está en youtube.
Fuente: Diario Al Día, domingo 30 de septiembre de 2012. 

La cañaguatera - Alfredo Gutiérrez

domingo, 7 de febrero de 2016

Beatriz Murillo - Noche en el Caribe



Beatriz Murillo

Es una pianista mexicana que destacó en la música popular de los años cuarentas y cincuentas del siglo pasado.

Infortunadamente, no existe mayor información de ella en la red. Lo poco que reseña la portada trasera del disco Noche en el Caribe es realmente nada:

"Una de las artistas más destacadas en nuestro medio es la pianista Beatriz Murillo. Poseedora de una gran sensibilidad y sólida técnica ha captado el mensaje de la música popular y la ha elevado a una categoría que sólo puede tener cuando es sentida y expresada magistralmente. El extraordinario oficio pianístico de Beatriz Murillo es un detalle significativo para reconocerla dentro de los músicos famosos nacionales como un verdadero valor difícilmente comparable. En forma especial, ella sabe concebir la sinuosa línea de la música tropical. Esa música que tiene un carácter peculiar y un vigoroso colorido. Esa música que, en increíble amalgama, mezcla los aromas del mar y el cimbrar de las palmas reales con un ritmo poderoso y sensual que tiene sus orígenes en el más primitivo y vital movimiento de danza. La música del trópico, en la actualidad, es más elaborada y compleja. Muchas influencias han concurrido en ella y lejos de deformarla, le han prestado nuvos argumentos para su evolución y le han conquistado un lugar cosmopolita. Beatriz murillo no se aparta de la tradicional interpretación de los ritmos tropicales al imprimir su propia y definida personalidad en sus versiones. Con su piano y su conjunto rítmico, hace de cada una de las piezas un vivo ejemplo del ambiente predominante y del color propio del país donde han sido creadas. Escuchando podemos comprobar los razgos precisos del bolero, el trazo voluptuoso de la samba y de toda esta breve y hermosa guía tropical."

En su LP Para enamorados se menciona:

"De ese conjunto (de Beatriz Murillo) forma parte, también, el director, arreglista y extraordinario contrabajista Víctor Manuel Pazos, su esposo, músico destacado y notable por muchos conceptos. 'La pareja musical de México', así se denomina cariñosamente a estos dos artistas relevantes que ocupan, por sus muchos merecimientos, un lugar prominente en nuestro mundo musical y radiofónico y a quienes admiran cientos de miles de aficionados al bello género de música que ellos cultivan con tanta maestría."

Beatriz Murillo - Noche en el Caribe




Lamento borincano

lunes, 1 de febrero de 2016

Aunque me duela - Luis Miguel Fuentes

Un paseo vallenato que conjuga una letra que expresa el dolor y la aceptación por el desprendimiento de un amor (¡qué difícil!) y una vibrante voz que transmite la pena y el sentimiento que invade al autor.

Una hermosa letra... una hermosa voz.

Aunque me duela - Luis Miguel Fuentes

Letra:
 Sé muy bien que te quieres marchar,
yo lo sé, me quieres olvidar,
¿y por qué? si todo te entregué,
si mi mundo lo puse a tus pies.

Por tu afán de volar y volar
un amor sincero dejarás,
está bien, si quieres terminar
no seré el que tus alas cortará.

Y dime qué quieres hacer,
y dime qué quieres lograr,
vuela pronto, vuela lejos si quieres libertad.

Vacío dejas mi vivir pero mi alma no llorará,
solo queda resignarme  y aprender a olvidar.

Te olvidaré amor aunque me duela,
te olvidaré amor aunque me duela,
te olvidaré amor aunque me duela.

Sólo Dios sabe que yo te di
un amor sincero de verdad,
que por ti yo luché hasta el final,
sin embargo ya te quieres marchar.

Si te vas mujer a tu suerte te irás
porque yo qué más puedo entregar,
pero tú nunca podrás decir
que conmigo no fuiste feliz.

Sin embargo te deseo bien
que encuentres lo que has de buscar
y que nunca pero nunca estés en mi lugar.

Vacío dejas mi vivir pero mi alma no llorará,
solo queda resignarme  y aprender a olvidar.

Te olvidaré amor aunque me duela,
te olvidaré amor aunque me duela,
te olvidaré amor aunque me duela.