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La Música Tropical: Nuestro Patrimonio Músico-Cultural

viernes, 6 de agosto de 2021

En San Felipe - Orquesta Tomás Burbano

Tomás Burbano
1919-2001

Fue compositor, arreglista, instrumentista, subdirector de la Banda Departamental de Antioquia y director artístico de diferentes casas disqueras de Medellín, ciudad en la que murió. Su obra atravesó todas las sonoridades, desde la ranchera hasta el fox, desde el son sureño hasta la música instrumental, y desde el bambuco hasta la cumbia. Músico ecléctico en sus interpretaciones y en sus composiciones, su imagen siempre está ligada a la de su inseparable saxofón.

Tomás Burbano Ordóñez nació el 30 de abril de 1919 en Ipiales, Nariño. Hijo de Teófilo Burbano (Monederos) Caicedo y Rosa Elena Ordóñez, por ambos progenitores descendía de familias musicales.

Pese a que su padre prefería que estudiara una carrera diferente a la música, se convenció de lo contrario después de escucharlo tocar con los coros de la catedral de Ipiales. Burbano dejó su tierra natal para estudiar música en el Conservatorio de Quito, donde ingresó en 1936 y fue saxofonista en la orquesta de dicho Conservatorio.

En 1941 regresa a Ipiales y al año siguiente se integra a la Banda de músicos de Cali.

Luego, en 1943, tras haber hecho parte en Buenaventura de la célebre orquesta argentina Don Américo y sus Caribes, se radicó en Medellín, donde trabajó como director de diferentes orquestas, incluyendo la Sonovíctor, la Orquesta Nubes Verdes, la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia, de la que llegó a ser subdirector en sus años otoñales, y su propia orquesta de música instrumental.

Tocó durante un año en la Banda de la Policía, bajo la dirección de Roberto Vieco. En 1945 es admitido en la Banda de Antioquia.

En 1952 dirige la orquesta de "Radio Libertad" de aquella ciudad. Desde mucho antes de comenzar en la Banda Departamental, en 1955, trabajó con diferentes orquestas en el Hotel Nutibara de Medellín, entre ellas la Italian Jazz, bajo la dirección de Guillermo González.

Fue asesor artístico de las casas disqueras de Medellín y grabó en los sellos Ondina, Zeida, Fuentes y Sonolux en un principio, luego con un conjunto propio y la decidida colaboración de la cantante más querida en Ipiales, doña Albita Revelo de Riascos, y de Bolívar Meza.

Grabó con el sello “Discos Ondina”, del cual fue Director Artístico durante ocho años. En ellos aparece el rótulo “Orquesta de Tomás Burbano”, pero en realidad estaba conformada por músicos de otras orquestas que se juntaban en el estudio para grabar: Miguel Ospino, trompetista de la Orquesta de Lucho Bermúdez; Manuel Cervantes, trompetista de los Corraleros del Majagual; Luis Cataño, el “Cholo” Gallardo y Alcides Lerzundy, todos ellos integrantes de la Banda Departamental. Llámese “Sonora Burbano”, u “Orquesta de Tomás Burbano”, como también era conocida, en su condición de orquesta de grabación, es probable que le haya facilitado el acceso a las emisoras y le haya garantizado una mayor calidad en sus producciones. Otra orquesta de estudio que compartió músicos con la “Sonora Burbano” fue la “Orquesta Sonolux”, conformada por músicos excepcionales como Miguel Ospino, Manuel Cervantes, Antonio González y Gabriel Uribe, integrantes, además, de la Banda Departamental.

Antes de vincularse a la Banda Departamental algunos músicos pertenecieron a las orquestas de la radio. Un ejemplo significativo fue el de Tomás Burbano y Everardo Tobón quienes trabajaron como músicos en la Orquesta de la Emisora “Radio Libertad”, que luego sería “La Voz de Medellín”, emisora que como “La Voz de Antioquia”, contó con Orquesta y cantantes de gran calidad.

Siendo director artístico del sello Ondina produjo discos de Lucho Bermúdez, Antonio María Peñaloza y Manuel Cervantes.

Otras grabaciones de Burbano con el sello Ondina, fueron “Aguacerito” y “El Cuyanguillo” con Guillermo Zuluaga “Montecristo”. Igualmente realizó grabaciones con la cantante Alba del Castillo, de quien decía: “tenía una voz musical muy hermosa”.

La obra del músico nariñense pasó por todas las vertientes posibles. Y aunque su nombre está más asociado hoy a la música instrumental por cuenta de sus series discográficas "Fiesta en el patio" y "La magia del saxofón", Burbano dejó más de 150 composiciones, entre las más famosas "Ron y aguardiente", "Rica la caña", "Estrenando tiple", "Murallas de rencor", “Mi destino fue quererte”, "Aguacerito" y “El gran paisa de Amagá”, en homenaje a Belisario Betancur.

Además, entre otras de sus composiciones se cuentan los pasillos "Alma gitana", "Aniversario" y "Madre"; la canción "Nacimos para amarnos"; el vals "Graciela"; los bambucos "Incógnito", "Aguinaldo" y "En tu día"; el merengue "Agüita de mejorana"; las cumbias "María Victoria" y "Chachaguí"; foxes y boleros que aún están por clasificar dado su gran número.

En los años sesentas compuso el "Sonsureño" y fue grabado por la Ronda Lírica hacia 1967. A propósito del Sonsureño: El vocablo sonsureño hace referencia a dos aspectos: por un lado la composición realizada por Tomás Burbano Ordóñez y llamada de ese modo; por otro, la denominación, cada vez más generalizada, de un ritmo “típicamente nariñense” originado, para algunos en la obra de Burbano y para otros mucho más antiguo. La segunda creencia no tiene fundamento y por ello no pasa de ser una simple especulación.

Falleció el 9 de abril de 2001 en la ciudad de Medellín.

 Castillo San Felipe de Barajas

Tras esta crónica de la importante trayectoria musical del maestro Tomás Burbano, agrego un pequeño esbozo informativo del Castillo San Felipe de Barajas, a quien el compositor Jaime Rincón Parra le dedicó su cumbia "En San Felipe".

Evocar a través de los imponentes muros del Castillo San Felipe de Barajas el fragor de sangrientas batallas y observar desde su cima, la extensión y variedad de Cartagena de Indias, es un plan imperdible para quienes llegan a la ciudad.

Las piedras que cubren el Cerro de San Lázaro, en los albores de la Heroica fueron talladas para protegerla de los ataques de los enemigos de la Corona Española. Fue erigido el fuerte en este cerro porque desde ahí se podía controlar la entrada por la Puerta de la Media Luna y en un principio se trató de un bonete en la cima del cerro, construido entre 1656 y 1657, con capacidad para 8 piezas de artillería, 20 soldados y 4 artilleros.

Resistencia histórica

En 1762 se inició la construcción del resto del fuerte, tardando unos 36 años para ser terminado en 1798. Su artífice fue Antonio de Arévalo, quien diseñó un cubrimiento del cerro con un complejo de baterías colaterales, adaptadas a la topografía del lugar y que cubrían sectores específicos de la ciudad.

El Fuerte fue tomado una sola vez, durante la Expedición de Cartagena, en 1697 por el Barón de Pointis y tras esto se decidió volverlo impenetrable, logrando de Arévalo y los cientos de esclavos que realizaron la obra, la construcción de murallas en pendientes, imposibles de subir, múltiples túneles, galerías y minas para destruirlo en caso de que el enemigo lo tomara.
Fuentes:
1. La Banda del Conservatorio de la Universidad de Antioquia y la actividad musical de Medellín, 1955-1970. Amparo Álvarez García. Revista Cuestiones Universitarias, Año 4. N°4. Bucaramanga, Colombia. 2014.
2. Oviedo Zambrano, Armando. Ipiales: Historia, Cultura, Arte. Ediciones Fundación Antonia Josefina Obando, 2005.
3. Bastidas España, J., & Tobo Mendivelso, L. (2018). El Sonsureño, Una Rítmica de los Andes de Nariño. Estudios Latinoamericanos, (34-35), 25-39.
4. Bastidas España, José Menandro. Javier Fajardo Chaves, Síntesis musical de su tiempo. El Artista, número 9, diciembre, 2012, pp. 215-238. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Bogotá, Colombia.
5. https://www.radionacional.co/cultura/el-centenario-de-tomas-burbano
6. Cartagena Mágica, El Universal, octubre 2014.