La Música Tropical: Patrimonio cultural intangible de la humanidad


La Música Tropical: Nuestro Patrimonio Músico-Cultural

miércoles, 21 de octubre de 2020

Amalia Batista - Lobo y Melón

Lobo y Melón

Grandes personajes de la música, orgullosamente mexicanos, aunque muchas personas creían, al escucharlos, que eran cubanos porque en ese tiempo llegaron a nuestro país bastantes artistas y músicos de Cuba, además por el estilo de música que tocaban en el género afroantillano.

Pero grata era la sorpresa al saber que ambos eran mexicanos. Carlos Daniel “Lobo” Navarro, un gran percusionista y Luis Ángel Silva “Melón”, con un gran estilo propio para el canto, haciéndose acompañar en diferentes épocas del grupo por Mario “Cholito” González y Ángel Romero Donís "el chamaco Ángel" en los timbales, Mauro Enrique “Gallina” Chávez al piano, Andrés López Montenegro "Mucha Trampa" y Crescencio Paredes Guzmán “El Pajarito” en el bajo, Manuel Osorio (también se le conoce como Manolo Güido) "el Perrote" en la trompeta, Luis Ortega y Ángel “El Cucarachito” Martínez, entre otros.


La idea surge en el paradisíaco puerto de Acapulco, en el año de 1958, cuando Lobo le transmite la idea a Melón, después de terminar una actuación que tuvo en la agrupación musical donde en esos momentos tocaba y que se llamaba “Batamba”. El nombre no fue difícil de decidir, pues usaron sus sobrenombres o apelativos y que eran el de: Lobo y Melón, por lo que así se haría llamar artísticamente desde ese momento y para siempre en la historia de la música tanto en México como en el extranjero, donde tuvieron grandes éxitos con sus grabaciones como en sus presentaciones personales.

Lobo y Melón encarnaron unos años el clímax de la furia tropical y romántica que por décadas, y aun por siglos, había llegado a México proveniente de Cuba. Lobo era moreno y delgado, de perfectas orejas, barba cerrada y unos labios gruesos, sensuales, en medio del rostro largo y fino; tenía las cuencas profundas y los ojos grandes, subrayados en su expresión melancólica por unas pestañas tan largas y rizadas, que le sombreaban los pómulos. Melón era blanco, con una pinta de amateur que no se borraba de su apariencia ni cuando cobraba, pero era el arreglista del conjunto, el compositor y el empresario, la parte sobria, madrugadora, de aquel barco nocturno, borracho de rumba y fandango.

 
El mismo año de 1958 graban su primer disco L.P. que sale a la venta en junio de 1959, que incluía temas como: “No hay negocio”, “Margarito”, “El cumaco de San Juan”, “África” y “La bola” y el tema que todos consideraron como el patito feo o el llamado “de relleno”, fue el tema que les dio el gran éxito que buscaban, pero que nunca esperaron que fuera tan rápido y directo como lo lograron con “Amalia Batista”, esta canción de inmediato se colocó en los primeros lugares Este primer L.P. vendió un millón de ejemplares, obteniendo el cotizado Disco de Oro. De ahí en adelante siguieron una muy buena serie de éxitos que cubrieron casi toda la década de los sesenta.

En su primera presentación como Lobo y Melón, asistieron la gran señora Celia Cruz (Q.E.P.D.) y su inseparable esposo Pedrito, que era el que dirigía la orquesta que acompañaba a Celia en sus presentaciones, siendo todo un acontecimiento para Lobo y Melón.

En 1961 se internacionalizan, gracias al tremendo éxito de “Amalia Batista” y se presentan en Los Ángeles, California, con mucho éxito por lo que recorren diferentes lugares de California; en el año de 1964 logran llegar a presentarse en Nueva York y Chicago, gracias a que el empresario, músico y productor Chico Sesma, los firma para promoverlos en Estados Unidos.

Buena parte del éxito y relevancia de Lobo y Melón, se debe a la creación y consolidación de un estilo muy propio que se basa en el uso de sílabas por parte de los cantantes para sustituir a los metales. A este recurso musical se le dio el nombre de "chúa-chúa", así como en el campo del jazz se le llama "scat". Si bien Lobo y Melón no lo inventaron como recurso musical, sí fueron los primeros que basaron su sonido y su estilo en esta sabrosa manera de garigolear la melodía.

Tuvieron la dicha de alternar con Tito Puente, Machito, Mongo Santamaría, Johnny Pacheco, Tito Rodríguez, Vicentico Valdés, El Gran Combo y La Sonora Ponceña, entre otros. Entre sus más sonados éxitos están, desde luego “Amalia Batista”, “Niebla del riachuelo”, “Cosas del alma”, “En un bote de vela”, “Óyeme Cachita”, “La sitiera” y muchos más.

Se presentaban regularmente en muchos teatros y centros nocturnos de la capital mexicana, como el Teatro Blanquita, el Lírico, el Esperanza Iris, el Manolo Fábregas y el cabaret La Fuente en Insurgentes Sur. Durante cinco años actuaron todos los días sin interrupción en la XEW y la XEQ.

Lobo y Melón es el único conjunto mexicano de música afroantillana que ha trascendido de verdad internacionalmente. Avasallaron con todo lo establecido en ese género musical en México, y en Estados Unidos obtuvieron un triunfo arrollador sólo comparable con estrellas de ese momento, actuando en sitios famosos como El Palladium de Hollywood o de Nueva York, el Habana Club y el Virginia Club de los Ángeles, el Thunderbird de Las Vegas, el Mirador Club de Chicago o el Copacabana Club de San Francisco.


En 1971, Lobo y Melón se separaron, circunstancia que marcó el inicio de una carrera como solista de Melón.

Por un serio altercado con el entonces oscuro y conflictivo líder del Sindicato de Músicos, Venus Rey, quien le cerró las puertas de todas las fuentes de trabajo, a Melón no le quedó otra opción que marcharse a Estados Unidos para ejercer su carrera de cantante en solitario, la que  realizó exitosamente.

El 8 de febrero de 2016 dejó de existir Luis Ángel Silva “Melón” a los 85 años, a causa de un infarto, en la ciudad de México.
Fuentes:
1. https://www.elsoldehidalgo.com.mx/analisis/lobo-y-melon-4932364.html
2. Un grande de la salsa, en la sección Aquel Ayer, por Ramón de Flórez en la Revista Interjet, Agosto 2016.
3. Figueroa Hernández Rafael. Salsa mexicana Transculturación e identidad musical. Biblioteca Digital de Humanidades. Universidad Veracruzana. 2017.


No hay comentarios: