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lunes, 25 de marzo de 2019

Cumbia de la paz – Chico Cervantes y su Conjunto Internacional

En esta cumbia que tuvo gran éxito en mi ciudad y que es infaltable en el repertorio de quienes gustamos de ella al ser un clásico, el gran compositor José Barros proclama el origen étnico indígena de la cumbia colombiana que, en su opinión, carece del componente africano que muchos le atribuyen en su conformación.

En una entrevista que le realizaron en 1978 –de la cual muestro un extracto más adelante- el laureado personaje describe el “ritual sublime de los Pocabuy en la rueda de la cumbia” y argumenta, además, su posición respecto a su negativa de otorgarle a la cumbia la parte africana de su paternidad.

La cumbia es la hija del País de Pocabuy

“Para hallar el origen de la cumbia es indispensable mencionar la lejana existencia del ‘País del Pocabuy’ (tierra de lagunas), integrado por los pueblos Chilloa, Chimichagua, Chiriguaná, Guataca, Menchiquejo, Tamalacué (hoy Tamalameque), Sampayón (hoy El Banco), Guamaje, Saloa, etcétera.

En ese inmenso territorio las tribus chimilas y pocabuyes realizaban un ritual religioso, siempre nocturno, para despedir al más allá a sus caciques. Se formaba un círculo de hombres y mujeres alrededor del muerto, quedando la india a la derecha de su parejo.

Al sonar una triste melodía y golpes de percusión, empezaba la danza ritual, de derecha a izquierda para simbolizar el viaje infinito, con cantos hechos murmullo. La mujer llevaba una luz en la mano para representar su fiel y amorosa compañía al hombre e iluminarle el camino eterno”. En esta forma José Barros le niega a la cumbia cualquier ancestro africano.

“Si lo tuviera, existirían manifestaciones de cumbia en algún lugar de ese continente, pero no es así. Tampoco existen en Estados Unidos, que recibió la mayor cantidad de negros africanos, ni en Cuba, Brasil, Santo Domingo o Puerto Rico.

Es más: ni siquiera se desarrolló en otras regiones colombianas que recibieron inmigración negra, como la Costa del Pacífico. A esto agregaría yo, que el negro es mal bailador de cumbia y en cambio muy diestro en el mapalé, el cual tiene contorsiones y arrebatos corporales de que aquella carece”.

Ni cree en el parentesco semántico entre cumbia y el vocablo africano cumbé. “Hace veinte años uno de esos patriotas defensores de nuestro folclor pretendió quitarle la paternidad colombiana al bambuco y dársela al África porque bambuco, según decía viene de bambú.

Que haya unas palabras parecidas a cumbia no es suficiente para catalogarla como africana. Fíjese en el merecumbé que se inventó Pacho Galán, diciendo que es una fusión de merengue y cumbia, y que no tiene asomos de merengue ni de cumbia”. Rechaza también la actualidad de la cumbia cantada. “La cumbia es ritual y no existe ritual sin palabras. Su letra entonces, nació en el idioma de los indios para referirse a la importancia (de) las actuaciones de los caciques y se prolonga en nuestros días para enaltecer la labor de las gentes del pueblo o la belleza”.
Fuente: https://revistadiners.com.co/archivo/54242_se-acabo-la-cumbia/

Sea como sea, las percusiones de esta cumbia son fantásticas y le invito a que la disfrute con la fabulosa voz de César Castro en su interpretación.

Cumbia de la paz – Chico Cervantes y su Conjunto Internacional
 

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