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viernes, 1 de junio de 2018

40 años de música costeña

La primera historia de la música costeña.


Cuarenta años de música costeña (1967): álbum discográfico conmemorativo de la fundación de la Cafetería Almendra Tropical, procesadora industrial de café con sede en Barranquilla y de propiedad del santandereano Celio Villalba.

Como autores de este trabajo deben considerarse Plinio Apuleyo Mendoza y Esther Forero, el primero como director del proyecto y autor de los libretos y la segunda como conocedora del tema; además, contaron con la colaboración de Félix Chacuto, Miguel Lugo Villarreal y la Cumbia Soledeña.

Prensado por Discos Tropical, el álbum contiene dos LPs que constituyen un trabajo periodístico de buen gusto, vale decir insuperado, y una investigación pionera sobre la historia de la música costeña en su conjunto.

Allí se registran hitos de la música costeña que todavía no han sido debidamente estudiados, hitos presentados, y esto es muy en el estilo del Caribe, como viajes históricos: el viaje de Angel María Camacho y Cano a Nueva York en los años 20, que conectó a la música costeña con la industria fonográfica internacional; el viaje de Luis Carlos Meyer, "El Negro Meyer", a México y Estados Unidos, que conectó al porro con las grandes orquestas mexicanas de los años 40; el viaje de Esther Forero a las AntiIlas en los años 50, que la maduró como artista y estudiosa de la cultura popular al tiempo que estimuló la retroalimentación histórica entre culturas sonoras distintas pero iguales como son las del Caribe.

También se registra una hipótesis, no comprobada ni descartada aún, sobre la cumbia como madre de los ritmos costeños; además, un inventario de momentos cumbres de la música costeña (creación del merecumbé, el porro cosmopolita de Lucho Bemúdez, la gesta del juglar cienaguero Guillermo Buitrago, el auge de la cumbia, la difusión del vallenato por Bovea y Sus Vallenatos, que no eran vallenatos sino cienagueros y villanueveros discípulos de Buitrago), de escenarios como los "salones burreros" y de formatos como los conjuntos de gaitas y las bandas de viento o "chupacobres"; y una antología de canciones, incluyendo una versión única del paseo Toño Miranda en el Valle, inspiración de Guillermo Buitrago, grabada por Esther Forero en Puerto Rico acompañada por la orquesta del legendario Rafael Hernández.
 
Han pasado muchos años y el álbum se sigue escuchando con provecho.
Fuente: Los estudios sobre música popular en el Caribe colombiano, Adolfo Gonzalez Henríquez.

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