La Música Tropical: Patrimonio cultural intangible de la humanidad


La Música Tropical: Nuestro Patrimonio Músico-Cultural

viernes, 4 de octubre de 2019

Patricia - Pérez Prado

Dámaso Pérez Prado

Dámaso Pérez Prado  nació en Matanzas, Cuba, en 1916. En 1940 fue a La Habana y se involucró con las mejores orquestas, pero  un compatriota suyo (el cantante Kiko Mendive) le dio una pista, el tip, el soplo de visión al cual hizo caso. Llegó a México en 1948 y en definitiva se estableció en nuestro país en el año cuarenta y nueve.

Fue en México donde se formó y alcanzó la fama; fue desde aquí desde donde su luz alumbró todo el territorio hasta ir por el mundo y volver a la isla... Pero nunca lo hubiera logrado sin la ayuda de una mujer: Ninón Sevilla. -Gracias a Ninón no me faltó nada-, confesó alguna vez.

El Rey del Mambo

El mambo, aunque no fue creación de Pérez Prado, sí resultó ser un modo de expresión tan grande en él, que por méritos propios se le reconoce como “El Rey del Mambo”. En realidad es un baile originario de Cuba surgido en los años treinta del siglo pasado a partir del danzón.

Su verdadero creador es Cachao, quien -se sabe- en esos años formaba parte de la orquesta de Arcaño y sus Maravillas. Con todo, Pérez Prado lo remodeló con ritmos de jazz-band y otras mezclas, hasta dejarlo impecable y reconocible como una nueva creación.

Recordaba el músico cubano en 1980: "Tuve la idea de que el latino tocara música de la misma calidad que la norteamericana. Quise poner la música tropical -que se tocaba con papeles mal escritos- a la misma altura de la música que nos llegaba de los Estados Unidos”.

Pérez Prado, quien había llegado a México en 1948, fusionó los elementos del jazz norteamericano en los metales y lo condimentó con ritmos afrocubanos en las percusiones y lo hizo un particular estilo, distinto al interpretado por el también cubano Beny Moré; ambos, por cierto, lo hicieron popular en la Ciudad de México de los años cincuenta.

¿Qué significa la palabra "mambo"?-, le preguntaron a Dámaso en la misma ocasión. Lo que dijo fue: “Mambo no significa nada. Es un término usual en Cuba, que se emplea para decir, por ejemplo "Mira qué mambo tan rico" (o sea "qué muchacha tan linda"). O bien "todo es un mambo tremendo", para expresar que las cosas están mal”.

La historia de Patricia

Alguna vez le preguntaron a Dámaso Pérez Prado acerca de esta melodía, esto es lo que contestó:

"Fíjese lo que son las cosas, no me costó nadita de trabajo componerla. Vivía yo en Hollywood, en Sunset Boulevard. Un día pasé por un lugar, vi un órgano. Me gustó, me senté y salió, así sin más, la primera línea de lo que en principio se llamó La extraña Patricia. Se la dediqué a una muchacha que era así: extraña.

En un inicio los productores se negaron a grabar esa pieza, pues la utilización del órgano estaba (en ese tiempo) destinada solamente a la música de las iglesias; finalmente la marca disquera decidió dejarla y fue todo un éxito".

La noticia le llegó al cubano y no recordaba haber compuesto ni grabado esa pieza, pues la nombraron Patricia. El disco vendió un millón de copias... eran los tiempos de mayor éxito de Elvis Presley en el mundo.
Fuente: La Gaceta, 14 de febrero de 2011.

Patricia - Pérez Prado

martes, 1 de octubre de 2019